Traduccion de proust la fugitive

Al entrar en el salón vi a la muchacha rubia que, durante veinticuatro horas, creí yo que
era aquella de que me habló Saint-Loup. Ella misma pidió a la duquesa que me «volviera
a presentar» aella. Y, en efecto, nada más entrar tuve la impresión de conocerla muy bien
pero la duquesa disipó esta impresión diciéndome: «¡Ah!, ¿es que ya conocía a
mademoiselle de Forcheville?» Y no, estabaseguro de que no me habían presentado
nunca a una muchacha con este nombre, que seguramente me hubiera llamado la
atención, tan familiar era a mi memoria desde que me hicieron un relatoretrospectivo de
los amores de Odette y de los celos de Swann. Mi doble error de nombre, la confusión de
«de l'Orgeville» con «d'Eporcheville» y la aplicación de «Eporcheville» a lo que era en
realidad«Forcheville», no tenía nada de extraordinario. Nuestro error es presentar las
cosas tales como son, los nombres tales como están escritos, las personas tales como las
presenta la fotografía y lapsicología dándonos de ellas una noción inmóvil/ de inmovilidad. Pero, en realidad, no es esto lo que generalmente percibimos. Vemos, oímos, concebimos el
mundo completamente al revés. Repetimos unnombre tal como lo hemos oído hasta que
la experiencia nos saca del error, lo que no siempre ocurre. En Combray todo el mundo
habló durante veinticinco años a Francisca de madame Sazerat y Franciscasiguió
diciendo madame Sazerin, no por aquella voluntaria y orgullosa perseverancia en sus
errores que era habitual en ella, sino porque, en realidad, siguió oyendo siempre Sazerin. Este perpetuoerror, que es precisamente la «vida», no da sus mil formas solamente al mundo visible y al mundo audible, sino al mundo social, al mundo sentimental, al mundo histórico, etc. La princesa
de Luxembourgno tiene más que una categoría de cocotte para la mujer del Primer
Presidente, lo que, por lo demás, tiene poca importancia: tiene un poco más que Odette
sea una mujer difícil para Swann,...