Tratado de los tres
Basta que un Postel intente persuadirlo de que Jesús Cristo ha salvado sólo a los hombres y que la madreJuana salve a las mujeres, para que él lo crea de inmediato; que un David George se diga hijo de Dios, para que él lo adore; que un sastre entusiasta y fanático se haga pasar por el Rey de munster ydiga que Dios lo envió a castigar todas las potencias de la tierra, para que él lo obedezca y lo respete como el mayor monarca del mundo, que el Padre Domptius le anuncie la venida del Anticristo- dediez años de edad y con cuernos-, para que se espante. Basta que impostores y charlatanes se designen hermanos de la Rosa- Cruz, para que corra detrás de ellos; que alguien le diga que París caerá en elabismo, para que huya; o que le diga que el mundo entero será sumergido bajo un nuevo diluvio, para que construya arcas y embarcaciones con el objeto de no dejarse sorprender; o que le diga que elmar se secará y las carrozas podrán ir desde Génova hasta Jerusalén, para que él se prepare para el viaje. Basta que se le narre la farándula de Melusina, del sabat de las brujas, de los hombres-lobo,de los lèmures, de las hadas de los espíritus, etc., para que los admire inmediatamente. Basta que una madre atormente a una pobre muchacha, para diga que está poseída o le crea a cualquier sacerdoteignorante o malvado que la hace pasar por tal; que cualquier alquimista, mago, astrólogo, lulliano o cabaslista comiencen a lisonjearlo un poco, para que los tomen como la gente más sabia y honestadel mundo; que un Pedro el eremita predique la cruzada, para que haga reliquias de los pelos de su mula. Basta que alguno le diga, bromeando, que una caña o un ánsar han sido inspirados por el...
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