A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. Isaías 55.1 Apreciable Amigo (a) y Hermano (a), esta es la más grande invitación que jamás podamos oír en nuestra vida: Venid a Cristo el Salvador, Él es el único que puede salvarnos de la Justa ira de Dios que viene sobre nosotros a causa del pecado.Como está escrito: no hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Romanos 3.10-12. Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, que buscara a Dios. Todos se desviaron, a una se han corrompido; No hay quien haga lobueno, no hay ni siquiera uno. Salmo 14.2-3. Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad. . . Romanos 1.18. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego. Apocalipsis 20.15. Así que todos nosotros sin Cristo como nuestro Salvador estamos bajo la ira de Dios, muertos en nuestrosdelitos y pecados, camino a condenación; más Cristo dice: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. Juan 11. Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Juan 6.35. Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebieredel agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. Juan 4.13-14. Hoy es el día de Salvación cuando podemos oír el glorioso Evangelio de Jesucristo. . . . He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación. II Corintios 6.1-2. Nosotros podemos venir a Dios en oración, humillados con clamor ysúplica, rogando por Su misericordia que el quiera salvarnos: Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Lucas 18.13. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios. Salmo 51.17. Lo más grandioso es que siempre podemos oír a Dios enSu Palabra la Biblia, y es oyendo el Santo Evangelio de Cristo como Dios en Su misericordia puede darnos la Fe de Cristo para nuestra salvación. Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Romanos 10.17. Cristo nos da un gran mandamiento en Su Palabra: Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio demí. Juan 5.39 Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 8.31-32 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente. Apocalipsis 22.17.
Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; sana mi alma, porque contraTi he pecado. Salmo 41.4. Apreciable Amigo (a) y Hermano (a): es posible que cada uno de nosotros haya experimentado alguna enfermedad en algún sentido, en cualquiera de sus formas. La Biblia, la Palabra de Dios, nos enseña que cuando el Señor Jesucristo tomó forma humana en esta tierra, hizo muchas sanidades a multitud de enfermos: Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, siquieres, puedes limpiarme. Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció. Mateo 8.2-3. Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades los traían a Él; y Él, poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba. Lucas 4. . . . Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. . . . Jesús le...
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