Triadas
Sin recurrir en principio a más conocimientos que los elementales, a más comprobaciones que las sumarias, podemos enunciar las proposiciones siguientes:
a) El mundo moderno es hegeliano. En efecto, Hegel elaboró y llevó hasta sus últimas consecuencias la teoría política del Estado-nación. Afirmó la realidad y el valor supremos del Estado. El hegelianismo sienta, como principio,la ligazón del saber y del poder; la legitima. Ahora bien, el número de Estados-naciones no cesa de aumentar. Cualquiera que sea la ideología que lo inspira, el Estado se afirma por doquier empleando a un tiempo, indisolublemente, el saber y la coacción, su realidad y su valor. El carácter definido y definitivo del Estado se confirma en la conciencia política que impone, es decir, en su carácterconservador e incluso contrarrevolucionario. Desde este enfoque, el Estado engloba y subordina a sí la realidad que Hegel llama “sociedad civil”, es decir, las relaciones sociales. Pretende contener y definir la civilización.
b) El mundo moderno es marxista. En efecto, desde hace algunas decenas de años, las preocupaciones esenciales de los poderes denominados públicos son: el crecimientoeconómico, considerado como base de la existencia y de la independencia nacionales; y, por tanto la industrialización, la producción. Lo cual entraña problemas para la relación de la clase obrera con el Estado-nación, así como una relación nueva entre el saber y la producción, y, por tanto, entre ese saber y los poderes que controlan la producción. Y no es ni evidente ni cierto que el saber se subordine alpoder ni que el Estado posea para sí la eternidad. La planificación racional, lograda por diversos procedimientos, está a la orden del día. En un siglo, la industria y sus secuelas han cambiado el mundo, es decir, la sociedad más que las ideas, los programas políticos, los sueños y las utopías. En sus rasgos esenciales lo anunció y previó Marx.
c) El mundo moderno es nietzscheano. Si alguien haquerido “cambiar la vida”, aunque la frase se atribuya a Rimbaud, ése ha sido Nietzche. Si alguien ha querido “todo y enseguida” ha sido él. Las protestas y la contestación surgen de todas partes contra el estado de cosas. El vivir y lo vivido individuales se reafirman contra las presiones políticas, contra el productivismo y el economismo. Cuando no enfrenta una política a otra, la protestaencuentra apoyo en la poesía, música, teatro, y también en la espera y en la esperanza de lo extraordinario, de lo surreal, de lo sobrenatural, de lo sobrehumano. La civilización preocupa mucho más a la gente que el Estado o la sociedad. Pese a los esfuerzos de las fuerzas políticas por afirmarse por encima de lo vivido, por subordinar a la sociedad y por capturar el arte, éste continente la reserva dela contestación, el recurso de la protesta. Pese a eso que le lleva hacia la decadencia. A esto que pertenece al soplo ardiente de la revuelta nietzscheana: a la defensa obstinada de la civilización contra las presiones estatales, sociales y morales.
Estudiar a Hegel, Marx o Nietzche aisladamente, en los textos, no sirve de mucho; todos los encadenamientos textuales han sido ensayados, aligual que todas las desconstrucciones y reconstrucciones, sin que por ello se imponga la autenticidad de una interpretación semejante.
Tres astros: una constelación. Sus resplandores se superponen a veces, otras se ocultan, se eclipsan uno a otro. Se interfieren. Su luminosidad tan pronto crece como palidece. Suben o bajan en el horizonte, se alejan o se acercan. De pronto, uno parece dominante;luego, de pronto, otro.
Las frases que anteceden sólo tienen un alcance metafórico y un valor simbólico. Indican la marcha y el horizonte. Declaran que la grandeza de las obras y de los hombres considerados no se asemeja a la de los filósofos clásicos, Platón y Aristóteles, Descartes o Kant, que construían una gran arquitectura de conceptos. Esta “grandeza” consiste en una determinada...
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