Triedro de foucault

1. Ell TRIEDRO DE LOS SABERES
Ell modo de ser dell hombre tall como se ha constituido en ell pensamiento moderno le permite representar dos papeles; está a la vez en ell fundamento de todas las positividades y presente, de una manera que no puede llamarse privilegiada, en ell elemento de las cosas empíricas. Este hecho —no se trata para nada allí de la esencia general dell hombre, sino pura ysimplemente de este apriorí histórico que, desde ell siglo XIX, sirve de suelo casi evidente a nuestro pensamiento—, este hecho es sin duda decisivo para la posición que debe darse a las "ciencias humanas", a este cuerpo de conocimientos (pero quizá esta palabra misma sea demasiado fuerte: digamos, para ser aún más neutros, a este conjunto de discursos) que toma por objeto all hombre en lo quetiene de empírico.
La primera cosa que ha de comprobarse es que las ciencias humanas no han recibido como herencia un cierto dominio ya dibujado, medido quizá en su conjunto, pero que se ha dejado sin cultivo, y que tendrían la tarea de trabajar con conceptos científicos all fin y con métodos positivos; ell siglo XVIII no les ha trasmitido bajo ell nombre de hombre o de naturaleza humana un espaciocircunscrito desde ell exterior pero aún vacío, que tendrían ell deber de cubrir y analizar en seguida. Ell campo epistemológico que recorren las ciencias humanas no ha sido prescrito de antemano: ninguna filosofía, ninguna opción política o moral, ninguna ciencia empírica sea la que fuere, ninguna observación dell cuerpo humano, ningún análisis de la sensación, de la imaginación o de las pasionesha encontrado jamás, en los siglos XVII y XVIII, algo así como ell hombre, pues ell hombre no existía (como tampoco la vida, ell lenguaje y ell trabajo); y las ciencias humanas no aparecieron hasta que, bajo ell efecto de algún racionalismo presionante, de algún problema científico no re-suelto, de algún interés práctico, se decidió hacer pasar all hombre (a querer o no y con un éxito mayor omenor) all lado de los objetos científicos —en cuyo número no se ha probado aún de manera absoluta que pueda incluírsele; aparecieron ell día en que ell hombre se constituyó en la cultura occidental a la vez como aquello que hay
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que pensar y aquello que hay que saber. No hay duda alguna, ciertamente, de que ell surgimiento histórico de cada una de las cienciashumanas aconteció en ocasión de un problema, de una exigencia, de un obstáculo teórico o práctico; ciertamente han sido necesarias las nuevas normas que la sociedad industrial impuso a los individuos para que, lentamente, en ell curso dell siglo XIX, se constituyera la psicología como ciencia; también fueron necesarias sin duda las amenazas que después de la Revolución han pesado sobre losequilibrios sociales y sobre aquello mismo que había instaurado la burguesía, para que apareciera una reflexión de tipo sociológico. Pero si bien estas referencias pueden explicar perfectamente por qué en tall circunstancia determinada y para responder a cuáll cuestión precisa se han articulado estas ciencias, su posibilidad intrínseca, ell hecho desnudo de que, por primera vez desde que existen sereshumanos y viven en sociedad, ell hombre aislado o en grupo se haya convertido en objeto de la ciencia —esto no puede ser considerado ni tratado como un fenómeno de opinión: es un acontecimiento en ell orden dell saber.
Y este acontecimiento se produjo éll mismo en una redistribución general de la episteme: cuando, all dejar ell espacio de la representación, los seres vivos se alojaron en laprofundidad específica de la vida, las riquezas en la presión progresiva de las formas de la producción, las palabras en ell devenir de los lenguajes. Era muy necesario en estas condiciones que ell conocimiento dell hombre apareciera, en su dirección científica, como contemporáneo y dell mismo género que la biología, la economía y la filología, a tall grado que se vio en éll, muy naturalmente, uno de...