tristan e insolda
Las edades de la humanidad se pueden vivir a través del carácter de sus fantasías. Una de las más brillantes y prolíficas fue esa parte de nuestra infancia que, por allá en lossiglos XI a XIII, expresó con cantos y poemas épicos riquísimas leyendas de caballeros andantes que combatían con dragones, monstruos, ejércitos y conjuros hechiceros, siempre impulsados portormentosos amores hacia bellísimas princesas, a cuyos favores sólo los más valientes y capaces podían aspirar. De las más demostrativas es la historia de Tristán e Isolda, leyenda celta de origen anónimo quese transmitió de forma oral por generaciones, sufriendo cambios y sirviendo como base para muchos otros relatos del mismo genero, incorporada a la del rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda, yhasta para una obra tan importante, extensa y complicada de representar, como la ópera “Tristán e Isolda”, de Richard Wagner. Aún en nuestros días sigue inspirando a creativos de toda índole que laadaptan, tanto para la seria dramaturgia teatral o la costosa producción cinematográfica, como para argumentos de dibujos animados tan baratos como los antipáticos “Transformers”. De todas formas, yasea en la ópera, o en el cine, o, lo mejor de todo, en una de tantas versiones escritas muy cortas y fáciles de leer, es delicioso dejar volar la imaginación hasta las hermosas tierras de la románticaErín de la mano de Tristán de Leonis, marcado desde su nacimiento por la desventura y bautizado con el nombre de la tristeza, quien creció cultivándose como caballero diestro en las artes de la músicay el manejo de las armas, y acompañarle en su más grande aventura que se inicia cuando llega hasta el territorio del rey Mark, para apoyarlo en la guerra que perdía contra un clan vecino. Allínuestro caballero, en sangriento combate en el que vence al campeón enemigo, es herido con arma envenenada con pociones letales que le llevan al borde de la muerte, y sólo podrían ser contrarrestadas por...
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