tristeza
Una tristeza no nos hace valientes, una tristeza nos insinúa con diplomacia lo débiles que podemos llegar a ser, lo vulnerable que se presenta nuestro corazón ante un hechodoloroso e irremediable como la muerte, lo implacable que es la realidad y lo desastrosos que pueden verse sus encantos cuando no llevamos puestos los cristales de la mentira.
Cuando pienso en mistristezas, me pongo triste… cuando las reviso, se me escapan los recuerdos y las lágrimas y termino siempre rodeada de ese miedo odioso que nunca sé cómo superar; ese miedo del que no puedo hablar connadie por un segundo miedo aún más grande a ser la protagonista de una tristeza aún sin engendrar. ¡Ay, suspiro! No es tan complicado como parece y al mismo tiempo no es tan sencillo como quisiera.Aquí se me traba la inspiración… revueltas como están mis tristezas en este momento de confesión, no puedo sino recordar las que en los últimos años me han dejado una huella de verdad bien profunda,una marquita chillona que acomodo en orden alfabético junto a otras allí, en el único estante amarillo que decora mi cuartito secreto de las tristezas… sólo dos nombres, entiéndase dos ausencias, paradespués volver a cerrar la puerta de este cuartito tan insoportabletodos tenemos dudas, millones de dudas... son parte discreta de nuestra existencia, que aunque ignoremos o guardemos en cosas que...
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