trola para entrar
y lúcido. Con una banda sonora para quitarse el sombrero y tirar cohetes de parte de una de lasmejores
voces de la actualidad, la reina del art pop, Björk (que, por cierto, los vendidos de los Oscars le dieron el
premio a mejor BSO a El Tigre y el Dragón). Pero el talento de la islandesa noconoce límite y es que
también es la protagonista de la historia y déjenme decirles que actúa tan bien como canta, digna de
darle una lección de expresividad a muchos, y no sólo a Keanu Reeves, depremio. Grande también Lars
Von Trier en la arriesgada dirección y profundo guión.
La historia gira en torno a Selma Jezkova (Björk) quien el destino le juró irse quedando progresivamente
ciega,pero ni eso, ni su miseria, le impedirá trabajar duramente para juntar el dinero de una operación
para que su hijo no corra con la misma suerte, sin importarle lo que le pase a ella. Lastimosamente amedida que avanza la filmación todo se irá complicando, y mucho, pero ella tiene dos armas poderosas, el
amor por los suyos y por la música, con los que hará frente a sus problemas y seguirá luchandopara salvar
a su muchacho, no importa el precio a pagar.
Olvidémonos en este caso del cine comercial como olvidémonos también que esta película de corte
artístico no mantendrá excitado acualquiera. Y es que Bailando en la Oscuridad es tan sublime en ritmo,
música, actuaciones, detalles, narración, puesta en escena, guión, montaje, argumento, planos... que
merece y puede ser vista ydisfrutada por todos aquellos que hayan pisado una sala de cine con grata
reacción. Pero hay que ser fuerte, pues es una producción y un mensaje que te llegará hasta las fibras más
profundas del corazón.Recalcable el estilo pseudo-documental en el que es presentado, y es que nada
podía ser del montón aquí, no sería Bailando en la Oscuridad. Y el gran final... pues, les dejo la sorpresa.
Pero ni...
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