Trotsky y Bretón
La relación entre el trotskismo y el surrealismo es una muestra más de que, aún en los umbrales de la segunda guerra mundial, perseguido y acorralado por el stalisnismo y el fascismo, el trotskismo era una corriente viva y actuante, no sóloen el seno del movimiento obrero, sino capaz también de relacionarse con los movimientos intelectuales y artísticos más progresivos de la época, amenazados por las mismas fuerzas reaccionarias que hostigaban al trotskismo y a la vanguardia obrera mundial.
La conclusión del artículo será publicada en el próximo número de Estrategia Internacional.
Pocos encuentros han arrojado una luz tanviva, al punto de entrar en la leyenda, como el encuentro entre Trotsky y Breton en México en vísperas de la segunda guerra mundial. Aquel hombre del que un periodista mexicano describe el rostro “de trazos enérgicos”, la “abundante melena de león”, de quien emana una “dinámica interior”, está entonces en la cima de su madurez de poeta y de jefe incuestionado del movimiento surrealista, cuyas basesteóricas había sentado a principios de los años ´20. Trotsky, la “joven águila” de la revolución rusa, según la expresión del crítico americano Edmund Wilson, el par de Lenin, el prestigioso jefe del Ejército Rojo, vive para entonces su último exilio, acorralado y amenazado cada día por los asesinos de Stalin. Es un hecho notable que en el momento más trágico de la entreguerra, cuando triunfa elfascismo y se perpetra uno de los más grandes crímenes de la historia con los procesos sangrientos de Moscú, pero también igualmente en el momento más negro de su vida personal, Trotsky se incline nuevamente hacia los problemas artísticos. En agosto de 1939, Trotsky escribe que “es bueno que sobre la tierra exista no sólo la política, sino también el arte. Es bueno que el arte sea inagotable en suvirtualidad, como la vida misma”.
Durante una de las entrevistas que Breton otorga, desde su llegada, a la prensa mexicana, reafirma los objetivos del surrealismo: las palabras de Marx “transformar el mundo” y las de Rimbaud “cambiar la vida” forman para los surrealistas una única consigna. Breton no dejó de creer, a pesar de las decepciones y de los fracasos sucesivos, que los caminos de lapoesía y de la revolución, sin confundirse jamás, pueden llevar un día al hombre a dar “el salto del reino de la necesidad” hacia el de la libertad. Espera encontrar en Trotsky no solamente un interlocutor privilegiado, un teórico sin par, sino también la prueba viviente de que es posible conciliar la actividad de interpretación del mundo con la de su transformación revolucionaria. Entre el poeta de ElAmor loco y el teórico de la revolución permanente se establecerán relaciones armoniosas y una verdadera complicidad. Nada es más extraño a estas dos personalidades fuera de lo común que el sectarismo y el monolitismo: comparten la misma sed de conocimiento, como lo atestiguan sus debates apasionantes. Esta complicidad y este acuerdo excepcionales, que los desacuerdos pasajeros – muycomprensibles entre dos hombres de origen y de formación tan diferentes – no alcanzarán a oscurecer, se cristalizan en el manifiesto “por un arte revolucionario independiente”, que resonó como un último llamado a la libertad antes que se abatieran sobre el mundo la noche y el estruendo de la barbarie armada.
México maravilloso
Breton y su compañera, Jacqueline Lamba, llegan a México alrededor del...
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