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La leyenda de La Llorona, nos dice Luis González Obregón, tiene origen, en su versión colonial, a mediados del siglo XVI, cuando los habitantes de la ciudad de México escuchaban a media noche, especialmente en las noches de luna, los prolongados gemidos lanzados por una mujer a quien “afligía sin duda, honda pena mortal o tremendo dolor físico”. Quienes se atrevieron a buscar el origen deaquellos lamentos, nos dice el cronista, encontraron que provenían de una mujer vestida con “traje blanquísimo”. El espectro recorría las calles de la ciudad hasta llegar a la Plaza Mayor; con el rostro vuelto hacia el oriente lanzaba esta mujer un “último angustioso y languidísimo lamento”, para después continuar con paso lento hasta la orilla del lago -que entonces todavía llegaba hasta algunos barriosde la ciudad- y ahí desvanecerse como una sombra.

Esta figura, en la tradición novohispana, tomó una multitud de formas. A veces era identificada con doña Marina, La Malinche, que venía del otro mundo a penar por haber traicionado a su raza. Otras era la joven enamorada, muerta antes de su boda, que volvía a la tierra para entregar a su enamorado unas flores blancas. También a veces fue lamujer indígena que, al ser rechazada por un caballero español, asesinó a los tres hijos que procreó con éste para después ella misma quitarse la vida. Los celos y la ausencia a veces forman parte de la leyenda, y entonces La Llorona es la mujer que fue asesinada en un arrebato pasional o la esposa que murió esperando la vuelta de su marido, y ahora, por las noches, vuelve para despedirse.

Enesta leyenda, ampliamente extendida por diversas regiones de México, el elemento acuático y lacustre muchas veces está presente. Eduardo Matos Moctezuma señala en su libro La Muerte entre los Mexicas que para Mircea Eliade -quien estudió ampliamente las imágenes y los símbolos en distintas culturas- el agua significa tanto la muerte como el renacer, la inmersión representa el regreso a lo preformal,a la preexistencia. La Llorona extiende sus raíces en tiempos anteriores a la Conquista y mantiene rasgos comunes con la dualidad vida-muerte que fue el eje de las culturas mesoamericanas.

El antecedente inmediato de la leyenda se remonta diez años antes a la llegada de los españoles a México-Tenochtitlan. Miguel León Portilla retoma, en La visión de los vencidos, los presagios funestosobservados por los mexicas antes de la caída de su imperio, los cuales Fray Bernardino de Sahagún recopiló de sus informantes. El sexto presagio, señala Sahagún, fue que “muchas veces se oía; una mujer lloraba; iba gritando por la noche; andaba a grandes gritos: –¡Hijitos míos, pues ya tenemos que irnos lejos! Y a veces decía: –Hijitos míos, ¿a dónde os llevaré?”. El mismo presagio, apunta LeónPortilla, fue recogido por el historiador mestizo, de origen tlaxcalteca, Muñoz Camargo. Esta mujer, según señala el León Portilla, arqueólogo y especialista en pensamiento náhuatl, es muy probablemente la diosa Cihuacóatl.

Sahagún habla en su Historia general de las cosas de la Nueva España de la diosa Cihuacóatl, la cual “aparecía muchas veces como una señora compuesta con unos atavíos como se usanen palacio; decían también que de noche voceaba y bramaba en el aire… Los atavíos con que esta mujer aparecía eran blancos y los cabellos los tocaba de manera que tenía como unos cornezuelos cruzados sobre la frente”. Esta divinidad -mitad mujer y mitad serpiente- era en el panteón mexica identificada como el primer ser en haber dado a luz, por lo cual se consideraba protectora de los partos y delas mujeres fallecidas al dar a luz. Cihuacóatl forma también parte del mito de la creación del ser humano, pues ella molió y colocó en una vasija los huesos que Quetzalcóatl extrajo del Mictlán con este fin. Sobre este polvo el dios realizó un auto sacrificio y sangró sus genitales para darles vida. Entonces, dice la Leyenda del Quinto Sol, los dioses hicieron penitencia y dijeron: “han nacido,...