Tu eleccion
La violencia en el mundo no es un caos sin rumbo. La enfermedad no es un acontecimiento fortuito. El terrorismo no es un acto delocura aleatorio. Los terremotos no son actos de Dios. Todos estos fenómenos negativos nacen dentro de la oscuridad que se crea cuando nuestro comportamiento reactivocolectivo nos desconecta a todos del reino espiritual.
Entender esta difícil verdad es el prerrequisito para efectuar el verdadero cambio.
El estado del mundo es meramentela suma total de las interacciones de la humanidad. Los agujeros negros en el espacio, los tornados en Oklahoma, los tiroteos en la calle, los embarazos no deseados,la paz entre las naciones; todo depende de las interacciones entre un ser humano y otro.
Cuando los sabios de la antigüedad declararon que la Tierra es el centro deluniverso, no estaban hablando de coordinadas físicas. Estaban hablando en términos espirituales. Nuestras acciones espirituales, sean reactivas o proactivas, dirigen elcosmos.
El simple acto reactivo de gritar a tu amigo, hablar abusivamente a tus hijos o estafar con tu declaración de impuestos inclina tu vida y al mundo entero hacia ellado de la Aflicción. Quizá quieras leer esta última frase de nuevo. Y de nuevo. Es una gran carga que llevamos encima.
De igual modo, cada acto de restricción—cuando sometes a tu ego admitiendo los celos que sientes por todos aquellos que envidias; o cuando sueltas por fin tus antiguas y brillantes opiniones con el fin de crearunión con un oponente; o cuando resistes el impulso de obtener honor y prestigio para ti mismo— inclina tu existencia, así como la de la humanidad, hacia la Bendición.
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