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Siete tesis sobre el Estado en América Latina
I. Introducción
La furia anti-estatista de los años pasados (facilitada por el disfuncional elefantismo que habían adquirido las burocracias estatales en no pocos países de la región) llevó a la indiscriminada eliminación de agencias estatales, o a su apresurada y desfinanciada “descentralización”, de maneras que han afectadogravemente el cumplimiento de funciones básicas del Estado, incluso en lo que respecta a la vigencia de elementales derechos civiles y sociales. A la luz del camino recorrido en los últimos años y ante la constatación de la subsistencia de problemas que obturan la eficacia estatal en la asunción de sus funciones básicas, se impone recuperar la discusión política sobre los temas centrales,comprendidos en las preguntas de qué tipo de nación y sociedad son posibles y deseables y, por lo tanto, qué tipo de Estado sería apto para avanzar en esa dirección. La desigualdades y la difundida pobreza que caracterizan el mapa de la región, proveen un trasfondo singular a las democracias latinoamericanas y constituyen elementos ineludibles de un pensamiento democrático sobre el Estado en América Latina.Asimismo, adentrarnos en el análisis político de las profundas brechas que exhibe la región desde una perspectiva democrática, nos coloca de frente ante la complejidad de cortapisas e intereses que jaquean y limitan la capacidad de los Estados de avanzar en la dirección de zanjar esas brechas. Ahora bien; el prudente reconocimiento de las restricciones existentes, sin embargo, no implica acatarel pasivo acomodamiento —no ya un posibilismo, sino lisa llanamente un “imposibilismo”— al statu quo que predican las ideologías dominantes y sus portadores. Este es el espacio propio de la política democrática, que puede abrirse poniendo en discusión tesis como las que aquí se proponen y reflexionando sobre los verdaderos desafíos del desarrollo democrático de América Latina. Estas cuestiones, porsupuesto, están impregnadas de poder. Quien está en condiciones de manejar la agenda (qué se va a discutir, por quiénes y en qué términos) ya casi ha ganado la partida.1 Tal vez la indicación principal de las fallas de la representatividad, que se supone constituyen los canales democráticos del régimen frente a otros “insumos”, sea la marcada estrechez de nuestras agendas públicas. Los temasausentes resultan principalmente de la pobreza material y legal de muchos, y su consiguiente dificultad de movilizarse y ser políticamente representados. Esas ausencias también resultan, como se desprende de la segunda tesis, de la escasa discusión pública acerca del tipo y propósito del Estado que sería compatible con, e instrumental para, el desarrollo humano y la expansión de la democracia. Tampocohay duda de que la globalización impone fuertes restricciones, incluso a los Estados más fuertes y desarrollados. Pero, hay una importante distancia entre esa constatación y la pasividad gubernamental (es la distancia que media, por un lado, entre controlar algunas de las consecuencias negativas de la globalización y, por el otro, adaptarse pasivamente y hasta celebrar esas consecuencias). Comobien
1 Tal como expresa en un clásico texto Lukes 1974: 21, es necesario “incorporar al análisis de las relaciones de poder la cuestión del control sobre la agenda de la política, así como de las maneras en que ciertas cuestiones potenciales son excluidas del proceso político”.
Siete Tesis sobre el Estado en Amércia Latina
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comenta un destacado especialista en el tema: “Laglobalización económica de ninguna manera se traduce necesariamente en una disminución del poder del Estado; en realidad, está transformando las condiciones en las que se ejerce el poder del Estado… Hay muchas buenas rezones para dudar acerca de las bases teóricas y empíricas de los argumentos acerca de que los estados-nación están siendo eclipsados por los patrones contemporáneos de globalización”. Con...
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