Twins peaks
Ya lo sabes, no hace falta que lo repitamos: la serie de culto de David Lynch y Mark Frost va a volver en 2016. La pareja había estado sembrando pistas en las redes sociales durante los últimos días, pero los fans fatales aprendieron a no dejarse llevar por el hype a finales del año pasado, cuando losrumores sobre que Lynch estaba rodando en secreto nuevo material resultaron ser solo una serie de entrevistas con Ray Wise, Sheryl Lee y Grace Zabriskie (y sus alter egos, la feliz familia Palmer), incluidas en el reciente pack de Blu-rays con la experiencia completa. Es muy posible que las buenas ventas de esta redición en HD convencieran a los ejecutivos del canal de pago Showtime de que aún haymucho que explorar en ese apacible pueblecito de las montañas, pero el regreso de la serie no es una simple cuestión de causa y efecto. Todo lo contrario: es el signo de los tiempos.
RAZONES PARA LA RESURRECCIÓN
Sobre el papel, una renacida ‘Twin Peaks’ es la serie que toda cadena actual mataría por tener en su parrilla. Para empezar, cuenta ya una nutrida base de seguidores a priori, antes deempezar a escribirse una sola coma del piloto. Trabajar sobre una propiedad reconocida y reconocible es una condición que se está empezando a convertir en imprescindible para las cadenas actuales. ‘Hannibal’, ‘Bates Motel’, ‘Gotham’, ‘The Flash’, ‘Fargo’, ‘Constantine’… Y estas son las que nos han venido a la cabeza sin pensar. Claro que muchas de estas series están llevando su material de partidaa terrenos inéditos y dignos de nuestro tiempo, pero también sientan precedentes incómodos para los amantes de ideas originales. Ahora mismo, parece más fácil que den luz verde a tu serie si está basada en un producto previo, en algo que le suene a los espectadores lo suficiente como para, por lo menos, echar un vistazo al primer episodio.
Y un primer episodio de ‘Twin Peaks mk. 2’ (o mk. 3, siconsideramos ‘Fuego, camina conmigo’ como una reformulación radical del concepto original de la serie) es poco menos que una droga en el mercado televisivo. Es la clase de noticia que volverá a muchos entusiastas del condenado buen café, los gigantes que te visitan en la cama y los enanos marchosos unos suscriptores automáticos de Showtime. También es una buena manera de apuntarse un tanto en latan cacareada edad de oro de las series: ‘Twin Peaks’ es, en el fondo, la Zona Cero. Todo este endiablado baile de autores cinematográficos pasándose a la pequeña pantalla para realizar obras ambiciosas en lo que a duración y características se refiere tuvo su origen en Lynch. Hubo obras maestras televisivas antes (y a puñados), pero ninguna exploró las posibilidades perturbadoras y pesadillescasde la ficción televisiva tan a conciencia como ‘Twin Peaks’. Su problema es que quizá fue demasiado radical para su tiempo (en España la emitían el mismo día que ‘VIP Guay’ y ‘Hablando se entiende la gente’, por el amor de Dios), por no decir una verdadera visionaria. Recuperar esos primeros evangelios según Lynch & Frost es, en cierto sentido, un acto de justicia poética: ahora, por fin, ‘Twin...
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