Ultima Voluntad

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Prólogo

Cho Kyuhyun se había casado con Sungmin cuando él era un joven inexperto de dieciocho años. Sungmin adoraba a su marido, pero los sentimientos de Kyuhyun habían estado motivados más por el deber hacia el protegido de su padre, que por el deseo. 

Tras una luna de miel agridulce, Kyuhyun lo abandonó.
Durante años habían llevado vidas separadas, pero ahoraKyuhyun había regresado a casa para reclamar su herencia... y a su esposo. 

Según las cláusulas del testamento de su difunto padre, Sungmin y él debían vivir juntos como esposos durante un año y un día. 

Aunque Sungmin aún lo amaba, estaba dispuesto renunciar al legado antes de vivir con un hombre que no lo amaba. 

Pero Kyuhyun persistió... deseaba recuperar a su esposo a cualquier precio.

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CAPITULO 1

El aire en el estudio estaba cargado y frío. También reinaba la oscuridad. Pero el chico acurrucado en el gran sillón de cuero frente a la chimenea no había encendido ninguna de las lámparas, tampoco los leños de la chimenea. 

Su única respuesta al frío había sido extender un viejo batín de terciopelo sobre sus piernas. Cada rato lo miraba, y tocaba con suavidadla tela gastada, aspirando el leve aroma a puros que emanaba de él. 

Resultaba imposible pensar que Leeteuk nunca más volvería a ponérselo; que jamás entraría por esa puerta, grande, vocinglero y amable, frotándose las manos y hablando del tiempo, con la cara roja de pasear con los perros por las colinas o de cabalgar en su caballo. Cuando el nuevo zaino había regresado el día anterior sin él,Sunny, la chica de las caballerizas, había comentado de malhumor que le había advertido que el caballo era demasiado inquieto. Pero lo peor que esperaban era que Leeteuk hubiera sufrido una caída y se hubiera roto algo. 

Pero, tal como les explicara el Doctor, había sufrido un ataque al corazón que probablemente había sido la causa de que cayera del caballo. Además, había añadido con amabilidad,era el modo en que a Leeteuk le habría gustado partir. 

Sungmin podía aceptar eso. Leeteuk siempre había sido una persona inquieta y activa, pensó. Desde su jubilación como presidente de Inversiones Cho cinco años atrás, no había parado de buscar maneras de llenar sus días. De ningún modo le habría gustado estar enfermo, tendido en la cama, prohibido de todo bullicio y movimiento. Pero eso nohacía que fuera menos doloroso para aquellos que le sobrevivían, caviló Sungmin mientras sentía un nudo en la garganta.

Y la pregunta que no paraba de darle vueltas en la cabeza era: 

-¿Qué va a ser de mí ahora?.

La muerte de Leeteuk lo había cambiado todo. Hasta el día anterior, él había sido Sungmin Cho, su yerno. La persona que llevaba la casa por Leeteuk y se ocupaba de todos los aburridosasuntos domésticos que tanto odiaba. Veinticuatro horas después, era poco más que un hombre desalojado, el esposo de su hijo y heredero, Cho Kyuhyun, que había pasado los dos últimos años de su hostil separación de un lado a otro del mundo, incrementando el éxito de Inversiones Cho, haciendo que su padre y él pasaran de ser ricos a multimillonarios. 

Kyuhyun regresaría a reclamar la Mansión, y tambiéna deshacerse al fin del esposo que jamás deseó. Y al mismo tiempo de su madrastra, reconoció Sungmin con ironía. 

Oyó el timbre de la puerta como algo lejano. Se quitó el batin de las piernas y se puso en pie. Le había pedido a Henry Lau, el abogado de Leeteuk, que lo visitara, y no quería que lo encontrara a solas en la oscuridad. Se debía a sí mismo, y a Leeteuk, una actitud de fortaleza. Descorrió las cortinas y se arrodilló para encender la chimenea. Cuando el Señor Lau fue conducido a la sala por la Señora Amber, las llamas ardían y el estudio tenía un aspecto más acogedor. El rostro de Henry Lau se veía tenso y triste. Leeteuk y él habían sido amigos desde la infancia, recordó al incorporarse y limpiarse las manos en los vaqueros. Atravesó el estudio y le estrechó la mano. ...