Un Artista Del Trapecio
Viendo de este modo, el trapecista no se le presentaba grandes dificultades con el resto del mundo. Solo resultaba un tanto molesto durante los otros números del programa, porquecomo no se podía ocultar que se había quedado allá arriba, aunque estuviera sin moverse, siempre había alguien del público que desviaba su mirada hacia él. Pero los directores se lo permitían, porqueera un artista consumado, y además irreemplazable. Por otra parte se sabía que no obraba así por capricho y que solo en esa forma podía estar siempre en condiciones y conservar la máxima perfección desu arte.
Además, allá en lo alto se estaba muy bien. Cuando en los calurosos días de verano se abrían las ventanas laterales que había alrededor de la cúpula y el sol y el aire penetraban en elámbito crepuscular de circo, era hasta bello.
Su contacto humano estaba limitadísimo, como era natural.
Ocasionalmente trepaba por la cuerda de ascensión algún colega de turne, se sentaba a su lado enel trapecio, apoyado uno en la cuerda de la derecha, otro en la de la izquierda, y conservaban durante largo rato. Ocurría que los obreros que revisaban el techo intercambiaban con alguna palabra poruna de las claraboyas o que el electricista que probaba las conexiones de luz en la galería más alta le gritaba alguna palabra respetuosa, aunque apenas entendible.
Fuera de esto, siempre estaba...
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