Un Asesinato
ANTON CHEJOV
Es denoche.La criaditaVarka,unamuchachadetreceaños,meceenla cunaal neney
le canturrea:
«Duermeniño bonito,quevieneel coco»…
Una lamparilla verde encendida ante el iconoalumbra con luz débil e incierta.
Colgados a una cuerda que atraviesa la habitación se ven unos pañales y un pantalón
negro. La lamparilla proyecta en el techo un gran círculo verde; las sombras de lospañalesy el pantalón se agitan, como sacudidaspor el viento, sobre la estufa, sobre la
cunay sobreVarka.
La atmósferaesdensa.Huelea piel y a sopadecol.
El niño llora. Está hacetiempoafónico de tantollorar; pero sigue gritandocuantole
permitensusfuerzas.Parecequesu llantono va a acabarnunca.
Varka tieneun sueñoterrible. Sus ojos, a pesarde todos sus esfuerzos, se cierran, y,
pormásqueintentaevitarlo, da cabezadas.Apenaspuedemoverlos labios, y se sientela
caracomodemaderay la cabezapequeñitacual la deun alfiler.
«Duermeniño bonito…», balbucea.
Se oye el canto monótono de un grillo escondido enuna grieta de la estufa. En el
cuarto inmediato roncan el maestro y el aprendiz Afanasy. La cuna, al mecerse, gime
quejumbrosa. Todos estos ruidos se mezclan con el canturreo de Varka en una músicaadormecedora, que es grato oír desde la cama. Pero Varka no puede acostarse, y la
musiquitala exaspera,puesle da sueñoy ella no puededormir; si se durmiese,los amos
le pegarían.
La lamparilla verdeestáapuntode apagarse.El círculo verdedel techoy las sombras
se agitan ante los ojos medio cerrados de Varka, en cuyo cerebro semidormido nacen
vagosensueños.
La muchachave en ellos correr por el cielonubes negrasque lloran a gritos, como
niños de teta.Pero el vientono tardaen barrerlas,y Varka ve un anchocamino, lleno de
lodo, por el que transitan,en fila interminable,coches,gentescon talegosa laespalday
sombras.A uno y otro lado del camino, envueltosen la niebla, hay bosques.De pronto,
las sombrasy los caminantesdelos talegossetiendenenel lodo.
-¿Paraquéhacéiseso?-les preguntaVarka....
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