un caballero de industria
TELESFORO. - ¡Que impresión tan agradable he sentido y que impresión tan desagradable al mismo tiempo!
Las piernas me tiemblan como cuando me batí en namasugue y el corazón me palpita como si me hubiera caído el gordo de la lotería.
¡Uf, que calor y que frio! ¡Caracoles, que frio y que calor!
Llamare a mi mujer para comunicarle tan agridulce noticia. (Llamando)¡Bárbara! ¡Barbarita!
BARBARA.- Aquí vengo, hombre, ¿Qué queres? ¡ Que pronto has regresado!
TELESFORO.- ¡Tócame el pecho! ¡Sóbame las piernas!
BARBARA.- Sea por Dios, Telesforo. Te habrás metido otras ves en la malvada política y te habrán comprometido a exponer a tu porvenir y tu pellejo.
TELESFORO.- No ,mijita; se trata de otro por venir y de otro pe…ligro. Dime ¿Esta Azucena?
BARBARA.-Estamos juntas ocupadas en prepara el almuerzo, porque esa india de la cocinera cuando va al mercado se tarda una eternidad.
TELESFORO.- No importa; aunque hoy no se coma en esta casa, debemos, antes, tu y yo, resolver su brillante o su oscuro porvenir.
BARBARA.- (Mirando la techumbre). ¿Le vas a mandar tapar las goteras?
TELESFORO.- No, mujer; no me refiero a la casa. Se trata del porvenir denuestra hija. ¿Entendes?
BARBARA.- Pues que venga. Voy a llamarla. (Mutis)
TELESFORO.- (Se sienta y saca de su cartera una tarjeta).- Aquí esta el nombre de ese tipo. (Leyéndola). “Amadeo Manuel Cacerola Portillo, Conde del oropel, contralmirante, literato, teniente de caballería, ingeniero y experto conocedor de minas”. (Guardándose la tarjeta). ¡Demonio! Estos caballeritos de quien sabe dónde,tienen más nombres que un calendario y más grados que el aguardiente, ¿De dónde lo conocería mi Azucena?
(Doña Bárbara y azucena entrando).
TELESFORO.- Siéntense queridas miembras de mi hogar.
Digame usted, niña Azucena, donde, cuando, y a que hora conoció a …..a (Sacando la tarjeta y leyéndola) “Amadeo Manuel Cacerola Portillo, Conde del oropel, contralmirante, literato, teniente decaballería, ingeniero y experto conocedor de minas”.
AZUCENA.- Me lo presentaron en un baile.
BARBARA.- ¡Hija, en un baile conociste a todo ese batallón!
AZUCENA.- No, mama, si es uno solo ese señor.
BARBARA.- Pero, ¿Para qué se pondrán tantísimos nombres esos hombres?
TELESFORO.- Para que los compren. Si la Emulsion de Scott se anunciara únicamente para la tisis, no se vendería; pero ella cura elpaludismo, el catarro, la bronquitis, el estomago, el hígado, la cabeza y toda la armazón de nuestro cuerpo.
BARBARA.- (Suspirando). Menos la pobreza y la muerte.
TELESFORO.- ¿Y a ese señor Conde de Oropel, le ha dado usted palabra de matrimonio?
AZUCENA.- No, papa; mi corazón solo es para José María. Ustedes lo saben bien. José María será mi esposo porque desde niños nos amamos. Es verdad que noposee capital, pero es un artesano honrado, y en cuanto llene una alcancía que tiene, nos casaremos.
BARBARA.- (Suspirando). Ay hija, eso quien sabe si lo veremos. Vos ya tenes, hablando en oro, 25 años, aunque yo te he recomendado, que digas que contas 18 abriles y… con el tiempo no se juega.
TELESFORO.- No te preocupes por eso. Nuestra Azucena, aunque contara la edad de Matusalén, se casaracualquier día. Tiene el poderoso imán del matrimonio: una dote que no despreciara a nadie. Ella, con orgullo, puede decirle al amor: Césame, abrite.
AZUCENA.- ¿Pues porque no han dejado que me case con José María?
TELESFORO.- Porque ese muchacho es inexperto.
BARBARA.- ¡Mas pelado que una rata! Vos debes oír los consejos de tu madre.
Nosotros los padres solo deseamos la felicidad denuestros hijos. Tu padre y yo confiamos en que nos has de obedecer.
TELESFORO.- Pues bien. Ahora ya me están pasando los calambres del cuerpo, les contare lo que hizo precipitarme para acá. Iba al banco a a cobrar un girito, cuando al pasar por el parque Morazán, un individuo alto, catrín, con anteojos de lujo, luciendo una leontina amarilla y despidiendo un olor, que que olor, Barbarita!
Bar....
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