UN CAMI N PARA LA LITERATURA


UN CAMIÓN PARA LA LITERATURA

ESCRIBE: Manuel AZPILCUETA GARCÍA

El año que pasó dejó un aire de aparente progreso para nuestra ciudad, las autoridades regionales, se emocionaban y ofrecíangrandiosas obras para la región, que si bien es cierto algunas ya se iniciaron, verbigracia la obra de la “Vía de evitamiento”, otras siguen latentes como nuestro nuevo aeropuerto, el de Chinchero. Lainversión privada también puso su cuota en este año pasado, al poner en el corazón del Seminario de San Antonio tiendas diversas agrupadas en un gran centro comercial al cual desde su inauguración (coninfraestructura inconclusa) nos ha jalado de la billetera y en peregrinación acudimos y seguramente seguiremos acudiendo para sentirnos modernos y distintos.
Es en ese sitio, el centro comercial, dondeuno de mis amigos logró comprar de una reconocida librería un libro maravilloso que cuenta la historia de los vikingos, que con una edición de lujo, mapas, historias y más, era el regalo de navidadpara un niño de ocho años, al que le fascinan los libros y es lector diligente. El encargado de la librería, decía mi amigo, estaba sorprendido por la gran acogida que tuvieron en nuestra ciudad, habíapúblico de todas las edades, escudriñando entre los títulos; no esperaban que en Cusco hubiesen lectores, seguramente, ellos no se enterarían que el libro de vikingos era para un niño, asiduo lector,tampoco se esperaban a ciencia cierta encontrar personas comunes y corrientes que nos dejamos absorber por la literatura varia y de todos los tiempos y que logramos descubrir el placer de leer ybailamos como bailarían los Famas o nos alegramos como cuando se alegra un Cronopio cuando evocamos las Historias de Cronopios y de Famas de Julio Cortázar.
No imaginaban, con ese sesgo centralista, que nosolo es la percepción de un vendedor representante de un comercio limeño de libros; sino, de todos los que ven a los cusqueños como ciudadanos que posponen la cultura y la educación y no entran en...