Un cuento de Pascua para Novalis

UN CUENTO DE PASCUA PARA NOVALIS.
Las liebres de Pascua han tenido la responsabilidad, desde hace muchísimos años, de repartir los brillantes huevos de colores a los niños en el domingo más hermoso del año.
Pues este año, la pequeña liebre del año pasado, aquella que había cogido el huevo azul, que había cruzado el bosque, que se había encontrado con la liebre peleonera y la dejo pasarprudentemente, que evitó a zorro juguetón, que con saltos ligeros y precisos cruzó el río, que no le hizo caso a la ardilla desobligada y manipuladora y que evitó con firmeza y amabilidad a la urraca parlanchina y embustera. Aquella hermosa y pequeña liebre era este año una hermosa, grande y responsable madre de familia encargada, junto con papá Liebre, de la celebración de la Pascua.
Las liebres hantenido muchos hijos ya, y con toda la familia trabajaron con mucho entusiasmo y al darse cuenta de que había más niños en el mundo a quienes repartir los huevitos, decidieron que no sería una sola liebre, este año, quien repartiera el preciado regalo. La madre les dijo solemnemente:
“Mis pequeños, se acerca ya el momento que muchos niños esperan para recibir nuestros queridos huevos, han trabajado congran entusiasmo y están casi listos para salir al mundo y cumplir con su misión. ¿Se consideran listos? Sí mamá, estamos listos y ansiosos de salir.”
Bien, no se irán solos, es muy importante que caminen con otros y se ayuden para que puedan regresar satisfechos y a salvo por haber cumplido como todos los años lo que nuestra familia tiene por misión: anunciar que el domingo más bello del año hallegado ya y trae hermosos y preciosos regalos.
“Yo quiero ir con orejas largas, con manchitas y con bigotes”, dijo Patita blanca, el más grande de todos. “Ellos son los mejores, más fuertes e inteligentes”.
“Yo preferiría ir sola mamá porque mis hermanos son todos muy ruidosos y nunca se ponen de acuerdo” dijo la pequeña liebre blanca de nariz rosada.
Yo quiero ir con silbador, travieso y eltremendo rayito gris, dijo el dulce pero tremendo bigotes trémulos.
Yo quiero ir… cada quien escogió a su acompañante favorito para esta emocionante aventura. Todos querían cumplir con alegría la gran misión que tienen todas la liebres de pascua.
Sin embargo nadie quería llevar al pequeño negrito. Cuando mamá Liebre preguntó con quien se iria, nadie lo quiso en su grupo, “es muy pequeño, hace muchastonterías, brinca y brinca sin parar, grita todo el tiempo que hasta asusta, siempre esta haciéndose el gracioso y no toma nada en serio no sabe nada del bosque, mejor que se quede contigo mamá.
Mamá liebre conocía perfectamente a cada uno de sus hijos, y decidió darles la oportunidad de aprender algo nuevo antes del gran día, asi que cada grupo debería entregar al pequeño Julio, un niño ciegoque vivía en medio del bosque con su abuelita, una olorosa flor de primavera para anunciarle que la Pascua estaba cerca.
Patita blanca decidió con sus hermanitos que para demostrar que eran los mejores, se irían durante la noche para ganar ventaja al resto de sus hermanos.
La pequeña liebre blanca de nariz rosada los escuchó pero no dijo nada a nadie esperando que se perdieran un rato en el bosqueaprendieran la lección pues se creían muy sabiondos pero les costaba muchísimo respetar el juego y forma de ser de sus hermanos pequeños. Siempre consideraban que sus juegos eran los mejores.
Bigotes trémulos, silbador y el tremendo rayito gris, se quedaron dormidos por estar jugando hasta muy tarde, cuando se despertaron, no pudieron lavarse la cara, ni tomar su jugo de alfalfa nutritiva,olvidaron la canasta y hasta cual era la flor que tenían que llevar al pequeño Julio. Salieron de casa riendo, corriendo y confiados de que todo saldría bien después de todo.
El grupo de Patita blanca había avanzado gran parte del camino pero al amanecer, el frio era tan intenso que tuvieron que detenerse debajo de un gran árbol y tratar de calentarse uno al otro. Manchitas y orejas largas reclamaron a...