Un Cuento
Nivel: Polimodal
Contenido: Literatura
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N a rrativa. Cuento
Un cuento fantástico
El siguiente es un cuento escrito por la argentina Silvina Ocampo (19031994). Por ahora, ignoren los números que aparecen a la iz-quierda del
texto.
LA SOGA
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A Antoñito López le gustaban los juegos peligrosos: subirpor la escalera de
mano del tanque de agua, tirarse por el tragaluz del techo de la casa, encender
papeles en la chimenea. Esos juegos lo entretuvieron hasta que descubrió la
soga, la soga vieja que servía otrora para atar los baúles, para subir los baldes
del fondo del aljibe y, en definitiva, para cualquier cosa; sí, los juegos lo
entretuvieron hasta que la soga cayó en sus manos. Todo unaño, de su vida de
siete años, Antoñito había esperado que le dieran la soga; ahora podía hacer
con ella lo que quisiera. Primeramente hizo una hamaca, colgada de un árbol,
después un arnés para caballo, después una liana para bajar de los árboles,
después un salvavidas, después una horca para los reos, después un
pasamanos, finalmente una serpiente. Tirándola con fuerza hacia adelante, la
sogase re t o rcía y se volvía con la cabeza hacia atrás, con ímpetu, como
dispuesta a morder. A veces subía detrás de Toñito las escaleras, trepaba a los
árboles, se acurrucaba en los bancos. Toñito siempre tenía cuidado de evitar
que la soga lo tocara; era parte del juego. Yo lo vi llamar a la soga, como quien
llama a un perro, y la soga se le acercaba, a regañadientes al principio, luego,
pocoa poco, obedientemente. Con tanta maestría Antoñito lanzaba la soga y le
daba aquel movimiento de serpiente maligna y retorcida, que los dos hubieran
podido trabajar en un circo. Nadie le decía: “Toñito, no juegues con la soga”.
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La soga parecía tranquila cuando dormía sobre la mesa o en el suelo. Nadie la
hubiera creído capaz de ahorcar a nadie. Con eltiempo se volvió más flexible y
oscura, casi verde y, por último, un poco viscosa y desagradable, en mi opinión.
El gato no se le acercaba, y a veces, por las mañanas, entre sus nudos, se
demoraban sapos extasiados. Habitualmente, Toñito la acariciaba antes de
echarla al aire; como los discóbolos o lanzadores de jabalinas, ya no necesitaba
prestar atención a sus movimientos: sola, se hubieradicho, la soga saltaba de
sus manos para lanzarse hacia delante, para retorcerse mejor.
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Si alguien le pedía:
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—Toñito, préstame la soga.
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El muchacho invariablemente contestaba:
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—No.
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A la soga ya le había salido una lengüita, en el sitio de la cabeza, que era algo
aplastada, con barba; su cola, deshilachada, parecía de dragón.
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Toñito quisoahorcar un gato con la soga. La soga se rehusó. Era buena.
35 ¿Una soga, de qué se alimenta? ¡Hay tantas en el mundo! En los barcos, en las
C olección Para seguir aprendiendo. Material para alumnos
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N a rrativa. Cuento
Un cuento fantástico
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casas, en las tiendas, en los museos, entodas partes... Toñito decidió que era
herbívora; le dio pasto y le dio agua.
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La bautizó con el nombre de Prímula. Cuando lanzaba la soga, a cada
movimiento, decía: “Prímula, vamos Prímula”. Y Prímula obedecía.
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Toñito tomó la costumbre de dormir con Prímula en la cama, con la precaución
de colocarle la cabecita sobre la almohada y la cola bien abajo, entre las cobijas.42
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Una tarde de diciembre, el sol, como una bola de fuego, brillaba en el horizonte,
de modo que todo el mundo lo miraba comparándolo con la luna, hasta el mismo
Toñito, cuando lanzaba la soga. Aquella vez la soga volvió hacia atrás con la
energía de siempre y Toñito no retrocedió. La cabeza de Prímula le golpeó en el
pecho y le clavó la lengua a través de la blusa....
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