Un día como tal

“Un día como tal”
Son las doce y treinta del medio día del catorce de febrero. Falta solo una hora para encontrarme con mi amado y dedicarle lo que resta del día. Lo desesperante es que no tengosu regalo preparado y ni siquiera estoy yo arreglada. El tiempo corre. La barriga la siento más pesada. Dentro de mí un nudo se hace por la impotencia y la tensión. Entro a la tienda de regalos parala ocasión, un pequeño “joder” se me escapa de los labios. ¡El lugar está repleto de personas! El ruido es ensordecedor. Se oyen pedidos por aquí y pedidos por allá. En las personas veo poco interés,buscando solo regalos porque es San Valentín. Como si los tontos no pudieran regalar cualquier otro día sin estar obligados a hacerlo. ¿¡Pero que estoy diciendo!? ¡Me estoy contradiciendo! ¡Deboconcentrarme y buscar un regalo para mi novio! Recorro apresuradamente los pasillos de la tienda buscando algo que llame mi atención. ¡Parece que no hay nada que valga la pena en esa tienda ya! ¡Se lo hanllevado todo maldita sea! Estoy apresurada…los minutos pasan…los segundos cuentan…estoy al largarme del manicomio, cuando de repente algo al final de un pasillo me llama la atención. ¡Un estuche paravinos con todos los accesorios incluidos todo decorado en herraduras de oro con un toque rustico! ¡Esto eso! El nudo dentro de mí se afloja un poco al ver una solución para los problemas atosigándome.No pierdo tiempo y voy directo a él. Al poner las manos sobre el asunto para llevármelo, lo inesperado sucede… una perra parece que tienes las mismas intenciones de llevarse ese regalo y me haceresistencia para evitar que yo cumpla mis acciones. Se frisa el tiempo. La mujer y yo nos miramos fijamente, la tés de mi piel se torna roja y el nudo se me traslada a la garganta nuevamente. Laincomodidad convirtiéndose en ira no me deja ni pensar ni hablar ni actuar. Solo quiero… ¡solo quiero quitar a este estorbo de mi camino! Sin pensarlo mucho. En un arranque, en un impulso le arrebato de las...