UN Dios de justicia

UN Dios de justicia
Nació bajo los rayos cálidos del sol en San Francisco de la paz, Olancho en 1988, los problemas no le molestaban a un niño que jugaba descalzó en la tierra. Mi abuelo era uno delos pobladores más respetados de San Fráncico de la paz donde fue auxiliar de policía durante muchos años, era un hombre alto y robusto, de mirada aguda que impresionaba hasta los hombres másfuertes. A pesar de su dureza era un hombre muy cariñoso con su familia. Recuerdo que me subía su regazo bajo la calidad brisa tropical del anoche ser para escuchar sus relatos maravillosos. Mi familiadice que me parezco a él .soy mucho más bajo que otros miembros de mi familia siempre consideren un gran honor que me compraran con mi abuelo porque fue un gran hombre.
Era un niño feliz en esa época.Pero al transcurrir mi infancia, cuando cumplo los 18 años me fui para la capital a Tegucigalpa a buscar un futuro mejor y empecé vendiendo periódicos en el parque de la capital…y viviendo en unacuartería de mala muerte en uno de los barrios más peligroso de la capital.
Me la mayor parte del tiempo en la calle, el modo de vivir en Tegucigalpa era muy distinto al que había conocido en San Fráncicode la paz. Había bastante actividad de pandillas y nos reuníamos en las salas de billar y los bares, o en esquinas de las calles. Mi nuevo mundo se componía de drogadictos, narcotraficantes yladrones de automóviles. ¡Esto me resultaba mucho más agradable ¡ nunca me había atraído la violencia desesperada de Tegucigalpa. Pero sentí una atracción hacia mi nuevo mundo.
Todos podían ver que laspersonas solitarias Vivian tras las drogas; pero la fantasía me seguían pareciendo atractivas. Mi mejor amigo se llamaba Luis y nos pasábamos la mayor parte jugando billar y consiguiendo dinero paracompra mariguana. Un día un hombre llamado Héctor nos invitó a una fiesta en las lomas del Guijarro. Habíamos escuchado hablar de esos palacios de drogas y sexo.
El portero los pregunto quiénes?...