Un empresario entra al club: el presidente de panamá ricardo martinelli
Por Pilar Calderón Sumario: A los 57 años, Ricardo Martinelli, uno de los empresarios más exitosos de Panamá, cumplió su sueño de llegar a la presidencia y con ello ingresar, en un continente de masas, al exclusivo club de presidentes latinoamericanos.
Ricardo Martinelli se siente hoy más confiado que nunca. Y tiene motivos para estarlo. Con la misma ambición ypersistencia con que consolidó su conglomerado empresarial –que incluye inversiones en supermercados, el sector agroexportador, bancos, seguros, y medios de comunicación, entre otros- , el pasado 3 de mayo logró lo que hace un año parecía impensable: unir a la oposición, con él a la cabeza, y obtener al frente de la denominada “Alianza por el Cambio” el 60 % de los votos por la presidencia de Panamá,con lo cual dejó a su principal contrincante Balbina Herrera –que obtuvo el 37.6%- fuera de combate y con ella al partido gobernante, el PRD, fundado por el general Omar Torrijos, y por el que hoy su hijo Martín ocupa la presidencia. Con una energía que a veces parece desbordarlo, una figura de empresario desabrochado con la cual recorrió el país en jeans, camiseta y unos tenis Converse que seconvirtieron en el símbolo de su campaña; y respaldado por varios millones de dólares de su fortuna personal, Martinelli convenció a los panameños de que con él estarían en mejores manos que con Balbina, una líder popular echa a pulso, pero cuyo pasado vinculado al general Manuel Antonio Noriega y su supuesta cercanía a Hugo Chávez asustaba a tirios y troyanos. De su carácter se ha dicho de todo:que es intolerante, impulsivo y hasta loco. Pero a él no parece importarle. Así lo demostró al convertir la debilidad con que sus detractores querían combatirlo, en su lema de campaña: “Los locos somos +”. Quienes lo conocen saben que es resuelto, enérgico, persistente, obstinado, y con una confianza en sí mismo que, dicen algunos, raya en la soberbia. Con la convicción de no deberle su lugar anadie, se expresa – a veces casi sin pensar en lo que dice- con la certeza propia de quienes han logrado en poco tiempo llegar a la cima. Elegido con la más alta votación en la historia –casi un millón de votos en un país de 3 millones de habitantes- el presidente electo se enfrenta ahora al reto de hacer realidad sus promesas de cambio y organizar un equipo de gobierno en el que esperan tener lugarmuchos de los políticos tradicionales que hicieron parte de la gran alianza que lo llevó al poder. El pequeño gigante Aunque la crisis que ha tocado al resto del mundo hasta ahora ha sido benigna con Panamá, los tiempos que vienen no serán fáciles. Panamá parece, a simple vista, un país fácil de gobernar. Con 3.2 millones de habitantes, costas sobre los dos océanos, y centro de tránsito y comerciomundial gracias a su posición geográfica y al Canal de Panamá, tuvo el año pasado el mayor crecimiento de América Latina (9.2%), hazaña que todo indica repetirá este año con un 3%, en momentos en que se prevé un crecimiento mundial negativo. Sin embargo, está aún lejos de resolver satisfactoriamente las necesidades básicas de la población.
El 28.4% de ella está por debajo de la línea depobreza, el común de los panameños tiene que hacer horas de cola en los centros públicos de salud, la calidad de la educación es de las peores del continente, la confianza que se tiene en los políticos es escasa y la percepción generalizada es que la corrupción abunda prácticamente en todas las esferas de gobierno. Ciudad de Panamá, a pesar de su innegable crecimiento y de haber cambiado en pocos añossu perfil de ciudad pequeña (con una población similar a la de Cartagena) al de una gran metrópoli, es una urbe caótica donde recorrer veinte cuadras puede tardar, en las horas pico, más de una hora. Su principal avenida, la Balboa, donde se vende a inversionistas extranjeros un metro cuadrado hasta por 6 mil dólares (más de 13 millones de pesos), suele inundarse cada vez que llueve, lo cual...
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