Un futuro impredicible

€Título indefinido

¿Quién soy yo? Soy el típico niño que se sienta en la última fila apartado de los demás, un niño solitario, tímido y sin saber aún el sentido de su existencia. Él que tiene un destino nubloso e indefinido. Un futuro solitario es el que a mí me depara. Mi nombre, Jaime. Mi padre murió en un accidente de tráfico cuando yo tenía 6 meses. Mi mamá sigue viva pero no loaparenta, pues está siempre de viajes de negocios o trabajando hasta tarde para poder comprar cosas innecesarias que ella cree importantes y yo no. Parece que no fuese mi madre biológica. Ella y yo formamos la familia al completo.

Me desperté de mi cama, eran alrededor de las 9:00. Era sábado pero no era un día cualquiera, era mi cumpleaños. Ya tenía 12 años. Bajé las escaleras corriendo a ver simi madre me estaba esperando para felicitarme y cantarme el cumpleaños feliz. Pero la planta baja estaba inhabitada. Pero esto no me sorprendió, otra vez más la única felicitación que recibí fue la mía. Mi madre se fue a trabajar temprano, a eso de las 7:00, pero me dejó una nota en la que ponía: “¡Felicidades! Siento no poder estar contigo pero me ha surgido una oportunidad de trabajo. Estaréafuera toda la semana. Hay comida en el frigorífico, sírvete cuando estés hambriento”. Miré el electrodoméstico. Pobre de mi, ¡estaba casi vacío! Solo había algunas verduras y un par de lata de comida de conservas. Tenía hambre, mucha bulimia. Pero tenía que repartir la comida para la semana. Mi comida diaria era una zanahoria u otra verdura y media lata.

Ya era lunes, mi apetito aumentabaprogresivamente pero hoy iba a almorzar en la escuela.

Me dirigía al colegio, cuando una niña hermosa pasó por la acera paralela acompañada con un hombre y una mujer mayores, supuse que eran sus padres. Envidiaba su vida, una niña feliz con sus padres. Era un cosa muy simple, pero a mí me encantaba. Se percibía el amor y el cariño a una gran distancia, dos cosas de las que yo siempre he prescindido.Empezaban las clases, una tortura mortal para mí. Mi aula tenía una gran diversificación de alumnos: Los rebeldes. Odio, envidia, mal al prójimo... son lo que conquistan sus cuerpos. Niños “normales”, de estos los que parecían más alegres y simpáticos eran Ana, Carmen, Sara, Pablo y Daniel. Y por último yo, un caso anómalo, el que se sentaba alejado de la multitud, escondiéndose de insultos yposibles peleas. El maestro, Don Pedro Salinas, con su rostro serio e inexpresivo anunció la llegada de una nueva alumna. Yo esperaba que fuese esa niña alegre y dulce que vi. Y así era, era ella. Una niña morena, ojos verdosos, pelo castaño claro y, sobretodo, una hermosa y enorme sonrisa. No me sorprendió que ella se apodase... Dulce , pues esto describía su personalidad ala perfección, hastael punto físico que la conocía. Se sentó a mi lado, pues había un sitio libre y, supongo por las palabras que me dijo y su rostro de dulzura y amabilidad, para hacerme compañía.

Durante las clases ella mostraba una buena actitud educativa, respondía preguntas, permanecía callada,... En cambio, yo era un niño que no hablaba nada por culpa de mi timidez y sufrir un episodio de vergüenza públicaal equivocarme. Por la culpa de pésimos recuerdos escolares, como: Preguntar una pregunta sin sentido, aunque para mí si lo tenía; fallar en las cuestiones del profesorado; y otra gran diversidad de temas. Al acabar las clases, Dulce vino a decirme que si yo podía ser su guía de iniciación, mostrarle el horario, las clases, el claustro,... Pero mi apocamiento me impidió contestarle, me sonrojé yella me calmó con sus bellas palabras por lo que accedí. Quedamos al finalizar las clases, pero yo con un miedo atroz huí del instituto dando por cancelada nuestra cita.

Llegué a mi casa despoblada sin compañía alguna, tan solo yo y mis vagos recuerdos de esa niña. Me dirigí a mi cama a reflexionar sobre lo que había hecho. Pensé y pensé, hasta que decidí encaminarme hacia la escuela, a ver...