Un largo paseo en bicicleta
Como todos los sábados pasé por casa de mi amiga Natalia para recogerla y marcharnos a dar un paseo en bicicleta.
Aquel día de invierno no era el másperfecto para salir a dar un paseo, el día estaba muy gris sin apenas un rayo de sol y con un frío de mil demonios. Emprendimos la marcha por el mismo camino de siempre con mucho viento de cara, lo cualnos helaba más todavía el cuerpo y también nos dificultaba el pedalear.
Cuando estábamos a mitad del trayecto aproximadamente, entre campos de naranjos, me acuerdo que se nos pasó por la cabeza ami amiga Natalia y a mí el volvernos a casa, pero en el último momento decidimos continuar con el paseo.
En una parte del recorrido debíamos cruzar un túnel que estaba a las afueras de mi pueblosobre el que pasaban por encima de él las cuatro vías del ferrocarril que atravesaban mi pueblo de norte a sur.
Todo debió empezar cuando nos dirigimos hacia el túnel y nos metimos dentro de él,en ese momento, algo fuera de lo normal ocurrió. Cuando estábamos atravesándolo, se hizo de repente de noche, una gran oscuridad se apoderó de nuestra vista y no veíamos absolutamente nada. Bajamos tanrápidamente de las bicicletas como pudimos, pero a mi amiga Natalia no le dio tiempo y se cayó con ella al suelo.
En el fondo del túnel sí que veíamos un pequeño punto de luz al que nosdirigimos con las bicicletas pegadas a nosotras con mucho cuidado. Al ir acercándonos poco a poco hacia aquel punto, este se empezaba a hacer cada vez más grande y nos dimos cuenta de que realmente lo quepasaba es que empezábamos a ver la salida de aquel túnel que se nos había parecido por arte de magia interminable.
Por fin salimos del túnel y vimos totalmente la luz del día, en ese momento unasensación de alegría se apoderó de nosotras, a mi amiga Natalia y a mí se nos reflejaba la satisfacción en la cara. Contentas y animadas, después del miedo y el mal rato que habíamos pasado, nos dimos...
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