Un llamado a la unidad

Un llamado a la unidad, a propósito de las diferencias religiosas y políticas.

Dado el actual gobierno de turno del país, un presidente con principios más individualistas quecolectivos, es difícil esperar una significativa y real intención de disminuir una de las brechas socioeconómicas más grande del mundo, sobre todo cuando tiene intereses propios que defender. Aúnasí se valora el hecho de que en su discurso posee uno de los conceptos más queridos por la gente, el cristianismo. Independiente del hecho de que algunos sean o no creyentes, elcristianismo posee principios y valores que en el discurso suenan bonito, pero que en la práctica no son llevados a cabo por todos los que se atribuyen la representatividad y militancia de lasinstituciones religiosas, y con esto me refiero a que si todos fueran la mitad de lo generoso que se dice que fue Jesús, no existiría la pobreza que hoy en día existe.

Asi que algo anda mal,y uno de esos problemas son las rivalidades que existen hoy entre una clase política dispersa, con intereses creados que defender y que poca disposición a mejorar sustancialmente lacalidad de vida de todos los chilenos que lo necesitan, y de quienes lo piden pero no poseen ni el apoyo ni la representación suficiente de los políticos.

Si dejamos de juzgarnos tanto entrenosotros y nos preocupamos más en trabajar en pro de los necesitados, utilizando las herramientas que aprendimos de la ideología político-materialista de Marx, y los valores que nosentrega el legado de Jesús quien se dice fue un hombre solidario, con éstos principios y conocimiento, si logramos ocuparlos en constante armonía, podremos encontrar la anhelada unidad paraconstruir en base al conocimiento y la solidaridad.

Aprovechemos y quedémonos con lo bueno, y lo malo dejémoslo ir.

¡Viva la unidad, abajo la rivalidad entre los que quieren el bien!