un milagro
Jennifer Margelly Romero Mateus.
Un golpe, un suspiro, una lágrima.
Tantas veces que una cadena de sucesos conlleva a un trágico accidente en el que mueren o sufren graves lesiones niños y adultos; esta vez estos sucesos casi le cobran la vida a mi hermana un viernes 12 de octubre de 1996.
Angélica, mi hermana, con 22 meses de nacida y yo un poco másgrande, nos encontrábamos en la sala de la casa aquel día por la mañana, viendo televisión en uno de esos viejos barrigones donde el chavo del ocho y otros clásicos eran comúnmente vistos. Aquel programa de dibujos animados y colores vistosos en el que ella estaba concentrada fácilmente tuvo toda su atención; el querer participar en él, y jugar con los personajes, la llevó a coger la televisión yhalarla. El estar soportado en una mesa con ruedas hizo tal vez más fácil la caída pero ¿quién creería que algo así podría pasar?
Mi madre cocinando, e ignorante de lo que pasaba en la otra habitación, escuchó lo que sería el inicio de una cadena de sucesos inesperados. Un fuerte ruido que deja atónitos a todos. Rápidamente ella se acerca, ve a mi hermana en el suelo con el televisor en la cabeza,inconsciente y sangrando por los oídos, empieza su mar de lágrimas y angustia. Aunque yo era muy pequeña e inocente de todo lo que pasaba podía sentir que desde ese momento nada estaba bien ni lo estaría pronto.
Mi madre toma a mi hermana en sus brazos como una frágil porcelana, me coge de la mano y toca la puerta de una vecina amiga, pide amablemente que cuiden de mí mientras ella llevaba aAngélica al hospital; desde ese momento los conocidos, amigos y familiares empiezan a orar por la salud de mi hermana ya que el golpe fue grave; se dirigen al hospital San Juan de Dios, allí le prestan los primeros auxilios. El médico general la valora e inmediatamente la remiten a rayos X, donde le toman una radiografía craneal. Mi madre regresa a la casa y llama a mi tía Magdalena avisándole delo sucedido y le pide que le informe a mi padre, quien se encontraba en el Coliseo comprando verduras para surtir nuestro puesto de trabajo; que me recogiera en la casa de la vecina Mery y me llevara con mis tías, le indica.
Don Lorenzo un cuñado de mi padre se dirige hacia allá, lo encuentra y exclama: ¡Una tragedia ha sucedido!, mi padre me recoge y evidentemente me deja al cuidado de mistías. Pronto él llega al hospital, pero le niegan el ingreso porque ya mi madre se encontraba con mi hermana. Aunque él parece ser un hombre muy serio y fuerte, creo que el dolor y la angustia embarga a cualquiera en esas condiciones más cuando mi hermana se debatía entre la vida y la muerte, él lo sabía pero la impotencia de no hacer nada lo invadió.
Mi madre empezó a solicitar que la remitieran aBucaramanga, para que un especialista la pudiera revisar, la enfermera de turno se negó a hacerlo de inmediato, entonces mi padre comenzó a discutir con ella, puesto que ella le dice: No hay afán, sea paciente; pero él en medio del desespero le grita: si mi hija se llega a morir aquí, la demandare por negligencia.
Lograron que la remitieran a la clínica Bucaramanga pero para sorpresa de todos, noestaba el conductor de la ambulancia, otro tropiezo más. Tuvieron que aceptar la ayuda de un joven que no tenía mucha práctica conduciendo vehículos, a pesar de todo mis padres accedieron porque no tenían otra opción, estaba en juego la vida de Angélica. Ya en la ambulancia, camino a la clínica, mi madre hizo todo el esfuerzo posible para que mi hermana no la venciera el sueño, si esto llegaba apasar era muy probable que hubiese entrado en estado de coma. En esos momentos la acompañaba mi padre, y en sus oraciones Dios.
En el vehículo, mi hermana se durmió, pero gracias a que había comido antes del accidente, regurgitó y volvió en sí. Creo que no cabría en la cabeza de nadie alegrarse por devolver lo que ha comido pero esto fue lo que la salvo en esos momentos, podríamos decir que fue...
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