Un niño azul

Un Niño Azul



El cuerpo yacía cerca de una roca. Sus ojos cerrados recorrían todos los segundos que le habían dado a vivir en el avión. La explosión, el fuego, los gritos, Guernica y ahora unasoledad de zapatos rotos.

El viento levantaba un polvo seco que se le hundía en la piel. Era un viento sin escrúpulos que venía desde muy lejos sólo a levantarle la tierra y a echársela encima.Podía oír el silbar de los trenes que volaban entre los árboles. De vez en cuando escuchaba el sonido de las olas y, casi en el infinito, el ladrido de un perro. El viento pateaba las piedras sueltasdel camino que chocaban contra un alambrado roto.

Abrió los ojos y un verde mal peinado le acarició la frente. Recordaba en sus pesadillas de joven haberse muerto muchas veces así, apaleado portodos, sin poder defenderse. No podía mover su cuerpo. Todos tomaban parte en el juego pero especialmente un niño azul que seguía dándole en la cabeza cuando ya todos se habían marchado. Siempre, al doblarla esquina del colegio, una sombra lo acechaba. Intentaba correr y los pies no le respondían. Al primer golpe seguían otros y otros más hasta que finalmente renacía en su cuarto al lado de suhermano, sólo para volver a entregarse al niño azul.

Esta vez era una muerte definitiva. Era una muerte capaz de ser lo suficiente seria para no necesitar de niños azules. Todo estaba en orden. La vida seagitaba en las hojas de un limonero. Ya casi se iba a morir cuando sintió que viviría veinte años más. Fijó sus ojos en una abeja que se movía en una piedra.

Un olor desagradable y el zumbido delas moscas desvió a un niño, el hijo menor del mayoral de la finca, de su rutina diaria. Se bajó de su cabalgadura y se acercó al cuerpo pestilente. Con repugnancia apartó los insectos del rostro y sinesfuerzo alguno lo cargó, alzándolo y dejándolo caer detrás de la montura.

El caballo llevaba el paso con dificultad por el peso adicional que llevaba en el lomo. El sol cocinaba las piedras....