Un Picasso Con Botines (Maradona)
Un genio y un artista. Diego Armando Maradona también es el alma de Argentina.
Si fuera necesario justificar semejante afirmación en el futuro a un grupo de jóvenes quejamás lo vio jugar, bastaría con proyectarle un compacto de sus andanzas en México 86 o de la epopeya Napolitana. Incluso alcanzaría con exhibir su obra cumbre: el segundo gol a los ingleses. Esoexplicaría todo. ¿O alguien cree todavía que podrá verse otro tanto igual, en la altura, con el sol, asesino del medio día rajando la tierra, en semejante instancia de una Copa del Mundo y frente a un rivalde tamaña envergadura?
Maradona fue el más grande de todos los tiempos. Impuso su talento en una época en la que el futbol perfecciono su máquina destructiva, redujo los espacios de acción al mínimoy obligo al “creativo” de cada equipo a resolver sin tiempo ni espacio.
Además de por su bagaje técnico, Maradona fue el más grande de todos los tiempos por su indestructible amor propio. Todoaquel testigo que vio en la concentración de Trigoria el melón en que se había convertido su tobillo izquierdo antes de enfrentar a Brasil por los octavos de final del Mundial 90, no podrá dejar deasegurar que así era imposible jugar al futbol. Diego lo hizo. Y en un descuido de sus captores, logro----reinado: en el 62 y en el 66 debió retirarse por lesiones.
En este juego comparativo también vale detenerse enqué compañía tuvieron uno y otro. Maradona se apoyo en un gran funcionamiento colectivo en México 86 y si bien supo estar rodeado de muy buenos futbolistas, casi ninguno llego a estar a la altura decrack. Pele, en cambio, era el rey de un circo poblado de artistas extraordinarios: Garrincha y Vava en 1958 y 1962; Tostao, Jairzinho y Gerson en el 70.
Este concepto termina de afirmarse al medir...
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