Un reencuentro con la historia

“UN REENCUENTRO CON LA HISTORIA”
Autor: YUMAHE

Entre el sembradío de caña seca parecían confundirse los dorados rayos del sol cuando se pierde en el horizonte con la esperanza de que volverá al día siguiente, dejándole a la luna que apenas se vislumbra, la tarea de iluminar las noches solitarias de la gente del campo. Esa gente que no tiene más consuelo que unas horas de sueño parareponer las energías que volverá a consumir en una jornada más de trabajo arduo, apenas aparezcan los primeros rayos del astro rey. Sin embargo, a pesar de la fatiga que esos rayos candentes representan, también son la esperanza de empezar a cosechar el fruto de tantos días de labor y de espera, aunque la mera verdad para mí, esta esperanza ya no me ilusiona, cada día se complican más las cosas poracá. Antes de la Revolución los campesinos no tenían tierra porque los terratenientes la habían acaparado y estos hacían producir, por salarios miserables, una tierra que no era la suya, mientras los acaparadores mantenían ociosas muchas otras, por eso Emiliano Zapata decidió integrarse a la revolución para luchar porque la tierra fuera del que la trabajara. Uno de los grandes legados de lalucha armada de 1910, fue la Reforma Agraria, pero como dijo alguna vez Don Lázaro Cárdenas del Río, “que triste que algunos se hayan desviado del rumbo marcado por la revolución”, pues con el paso del tiempo surgieron los “neolatifundistas” , en fin, que si el Tratado de Libre Comercio, que si la falta de apoyos, que los malos dirigentes del ingenio. ¡Yo qué sé! Lo que sí se es que desde siemprehemos estado bien amolados, por eso mi papá, igual que casi todos los hombres de acá, se fue de “mojado” para los Estado Unidos. Yo apenas tenía 9 años y desde entonces me tocó entrarle como peón al trabajo del campo y mi mamá, a bordar por las noches para que mis hermanitos tuvieran que comer y yo no dejará de ir a la escuela.

Debo reconocer que cuando mi papá empezó a mandar dólares, puesno nos fue tan mal, pero poco duró el gusto porque después dejamos de saber de él. Un día unos paisanos de los que se fueron con él, regresaron al pueblo y le dieron a mi mamá la noticia de que mi papá ya no escribió ni volvió, porque en Texas unos que “xenofóbicos” lo habían matado. Yo de todos modos me quiero ir para allá. ¡Ya me hubiera ido!, pero mi mamá no me ha dejado. Ahora se le hametido, que como yo ya voy a terminar la “prepa” le tengo que ayudar a mi hermano menor en su clases de historia, porque anda ¡bien mal! y que si no lo hago voy a ser el responsable de que repruebe y no llegue a ser un hombre de bien.

De verdad que a veces no la entiendo, pues cuando cansados de trabajar y con la piel bien “curtida” por el sol nos sentamos debajo la Ceiba a platicar, almismo tiempo que empiezan a divisarse las estrellas en el cielo, con un gesto serio que trata de disimular el rostro sonriente que tenemos los huastecos, siempre me llena de consejos y me motiva para que trate de ser “alguien” en la vida y me repite que “con que cabeza pueden unos que no pueda yo”. Insiste en que debo de luchar para que mi vida sea mejor, pero termina siempre con la misma frase: -Bueno, allá tú, yo te digo las cosas por tú bien, pero si no quieres hacer caso, pues ya es cosa tuya y si no te va bien, entonces no le vayas a echar la culpa a nadie. Entonces, ¿por qué ahora me quiere echar la culpa a mí de lo que no llegue a hacer mi hermano? Y ¿Por qué me pone tantas trabas para que me vaya en busca de una vida mejor? Yo lo que quiero es ayudarlos a salir de tanta pobreza,aunque tenga que dejarlos y dejar mi tierra, o a poco cree que no los voy a extrañar, si la familia es la familia, no hay otra y la tierra de uno siempre “jala”. Para mí no hay paisajes más bonitos que los verdes cañaverales y los rayos del sol o la luna reflejándose en el estero con una parvada de garzas despiertas o dormidas en el islote o entre los manglares. En fin, creo que ya es hora de...