Un viaje alrededor de la ausencia: El pasado y el otro en El entenado, de Juan José Saer.


Un viaje alrededor de la ausencia: El pasado y el otro en El entenado,
de Juan José Saer.


Refiriéndose a Zama, de Antonio di Benedetto, Saer afirma:

Toda narración transcurre en el presente, aunque hable, a su modo, del pasado. El pasado no es más que el rodeo lógico, e incluso ontológico, que la narración debe dar para asir, a través de lo que ya ha perimido, la incertidumbrefrágil de la experiencia narrativa, que tiene lugar, al mismo modo que su lectura, en el presente. Al hacer más evidente ese presente, al convertirlo en pasado crudo, nítidamente alejado de la experiencia narrativa, el narrador no quiere sino sugerir la persistencia histórica de ciertos problemas (ECDF, 49)

En el caso del El entenado, uno de los problemas sugeridos que persiste en el tiempo es,justamente, el del conocimiento histórico, y el rodeo para hablar de esa insistencia se da alrededor del núcleo histórico de la Conquista y el Descubrimiento; núcleo histórico que concentra el problema de la escritura de la historia y del conocimiento en la modernidad [Michel de Certeau, Todorov]

Juan José Saer inscribe la narración de El entenado en el marco del Descubrimiento y la Conquista deAmérica; pero sustrae toda referencia histórica concreta: por más que puedan ser deducidas [Pons], no hay fechas, nombres ni datos históricos que se presenten de forma explícita. La inclusión de la historia en la novela opera en negativo, poniendo en tensión al discurso historiográfico, un discurso que trabaja para convertir las evanescentes huellas de lo pretérito en “datos”, en “hechos”. La palabrahistórica intenta colmar el vacío dejado por el pasado, propone una narración que ocupa el lugar de lo ocurrido, instalándose en el espacio imposible entre dos órdenes:

La historiografía (es decir “historia” y “escritura”) lleva inscrito en su nombre propio la paradoja – y casi el oxímoron- de la relación de dos términos antinómicos: lo real y el discurso. Su trabajo es unirlos, y en laspartes en que esa unión no puede ni pensarse, hacer como si los uniera. [De Certeau; 13]

La unión se concreta en un efecto nominal: el tratamiento referencial de fechas, acciones, lugares y nombres que reparan la pérdida temporal. El saber historiográfico pretende restaurar lo pasado a través de la palabra, considera posible recuperar lo ausente a través del poder invocador del nombre. Desde estaperspectiva, en El entenado, la sustracción de referencias históricas concretas funciona como provocación a la producción del saber historiográfico: está poniendo en cuestión esa posibilidad de recuperar lo ya sido a través de un efecto nominal. La contextualización del relato en un marco de incuestionable relevancia histórica, pero rehusando la mención de todo dato historiográfico evidencia unesfuerzo constante de la narrativa de Saer: el esfuerzo de exhibir la problemática aprehensión de todo referente. El saber sobre los restos legados por el tiempo se excluye de la narración porque la posibilidad de conocer y representar la realidad (histórica o de cualquier otro tipo) se cuestiona en la novela, manifestando la consistencia incierta de todo saber.
Dado que para Saer “el tratamientolimitado a lo verificable implica una reducción abusiva y un empobrecimiento” del “carácter complejo” de la “verdad” [Saer 1997:11], su literatura se distanciará de toda verificación, de toda constatación de lo sancionado como verdadero por los diversos sistemas culturales. Lejos de buscar fundamento en verdades consensuadas, Saer apuesta por explorar “la selva espesa de lo real” [Saer 1997: 267].El entenado evidencia esta intención desde su epígrafe: En ese espacio marginal de la novela encontramos la única cita explícita a la historiografía, las palabras de Herodoto: “…más allá están los Andrófagos, un pueblo aparte, y después viene el desierto total…”. Saer cita al fundador de la ciencia histórica, pero lo hace para separarse de él, sumergiéndose en ese más allá que la historia,...