Una historia de vida
“El hombre feliz no es aquel que ríe, sino aquel cuya alma, llena de alegría y confianza, se sobrepone y es superior a los acontecimientos. El díaque Juanita comprendió que ya no podía identificar a sus hijos fue el peor día de su vida. Era casi sorda desde la infancia y con el paso de los años fue perdiendo la visión. . Estaba casada con unsordomudo, y de esa unión tuvo tres hijos.
Parecía que siempre estaba tratando de superar obstáculos, recuerda. Se equivocaba al preparar los alimentos, los platos se le resbalaban con facilidad, leresultaba imposible remendar y planchar la ropa, solo podía pegar botones. Solventar los gastos con el bajo salario de su esposo le resultaba difícil y no podía salir sola a la calle.
Juanita,como cariñosamente le decían los amigos, había nacido en septiembre de 1960. Sus primeros años estuvieron marcados por la alegría, pero infortunadamente a los cuatro años contrajo sarampión y a los sietecomenzaron los problemas auditivos, como consecuencia, tal vez de la enfermedad. Sus ojos se inflamaron y se hicieron cada vez más sensibles a la luz. Años después si visión empezó a ser borrosa.Pese a su incapacidad fue una niña inquieta. Cierta vez, cegada momentáneamente por los rayos del sol se estrello con un poste quebrándose toda la dentadura. En otra ocasión se cayo por estar jugandoa las escondidas en una alcantarilla.
Al principio sus familiares y amigos les era muy difícil comunicarse con Juanita. Hacían gestos para tratar de hacerse entender. Solo es hasta los 12 años quefue enviada a una escuela especial donde aprendió con rapidez la lengua de señas. Fue allí donde Juanita paso los mejores momentos de su vida hasta el día que se entero que por sus limitacionesvisuales no podría continuar con sus estudios en la universidad. Triste y desconsolada regreso a casa sin una luz de esperanza para el futuro. Pero era tal su deseo de aprender que con la poca vista...
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