Una historia que todos conocemos...

Había una vez una pata amarilla que tenia cinco patitos, uno de ellos era café, al cual siempre rechazaban por ser diferente, lo llamaban patito feo. Un día éste cansado de ladiscriminación de su familia se fue, pues le causaba mucha pena la desgracia de su color…
Todos conocemos el ‘‘feliz final’’ de esta historia. Digo ‘‘feliz’’ pues si analizamos bien, nunca seresuelve a raíz la problemática esencial, que es la discriminación, ya que, el patito feo después de todo termino descubriendo que pertenecía a otra especie animal, donde los estándaresde belleza eran diferente, en el cual patito era aceptado como bello.
El relato es contingente a nuestros tiempos, en donde es muy común el rechazo estético. Es innegable la debilidadque tenemos por la gente linda y este concepto lo limitamos por los parámetros impuesto en nuestra sociedad, delgada, esbelta, alta, rubia, exuberante, etc. Pero cuando el gusto por lobello les cierra las puertas a los menos agraciados, hacemos un a sociedad excluyente y menos justa.
Hablamos de un mundo tolerante, libre y con mayor igualdad, no obstante, larealidad empírica demuestra lo contrario. Un ejemplo claro son las oportunidades de trabajo las cuales son menos recurrentes para la gente fea; en donde en muchos casos piden ‘‘buenapresencia’’, ‘‘requisitos personales’’ o fotografías recientes.
¿Quién dijo que para hacer bien el trabajo hay que ser lindo? ¿A caso patito feo poseía menos capacidades que sus demáshermanos? No, claro que no; todos tenían la mismas habilidades y necesidades, es solo que patito feo era diferente, estéticamente no ‘‘normal’’, era la minoría, lo que producía el rechazo. Laley dice que todos nacemos libres e iguales, sin embargo, estamos lejos de aquel manifiesto, la discriminación esta arraigada a nuestra sociedad, la cual resulta injusta y denigrante.