Una Historia Virgiliana

Una historia virgiliana
Randy Cabrera Díaz
Pocos entendieron que era la hora de renovar la literatura cubana. La linealidad del discurso, impregnado de formas ya consignadas y permitidas, refrenabalas posibilidades de nutrir la creación artística con deslumbramientos del espíritu. Eran evidentes las estrecheces, pero pocos resolvieron intentar lo nuevo.
La evocación existencialista de lapalabra, las libertades expresivas, los deseos revolucionarios del pensamiento, constituían una pertinaz provocación a vetustos conceptos de lo moralmente correcto. Solo algunos tuvieron el valor de ircontracorriente. Solo unos pocos no temieron mostrarse diferentes y pagaron, por supuesta traición a ideales vencidos, la pena del silencio; confinados a pensar en Cuba escribiendo en otra lengua, o avivir años de inmerecido desprecio.
Un mar de conflictos—y creo pueden percibirlo—me produjo la lectura del libro Fumando espero, del escritor cubano Jorge Ángel Pérez. La novela, basada en una etapa dela vida del dramaturgo, poeta y narrador cubano Virgilio Piñera—personaje que insinúo indirectamente desde el principio—, está elaborada con una fina sensualidad literaria que alterna acontecimientosdramáticos con momentos de exquisito humor.
El texto, en un primer acercamiento, parece un río de palabras que corren hacia un norte imprevisto, mas basta husmear un tanto más para chocar con lasolidez de una correspondencia exitosa entre profunda narrativa y una poesía de relieve que apela al monólogo interior para transmitir con suprema originalidad los detalles distintivos de cada personaje.Jorge Ángel Pérez exhibe una prosa que transgrede la valoración de la órbita virgiliana. Realiza una descripción natural y limpia que transcurre en un ciclo sucesos reales y ficticios. No hay lugar apalabras vagas. Las intenciones del autor se imponen en todo el texto con agudeza y concisión; alegoría a una innovadora manera del decir que, no por las rudezas propias del lenguaje empleado,...