Una noche de tristeza y soledad.

Un día más termina y yo encerrado en esta lúgubre habitación. Sin embargo, el aire de esta desconsolada oscuridad, se percibe un tanto más cargado de nostalgia que el de las que la anteceden; estanoche la pena me acompaña.

Aburrido, cansado y solo, arrojo mi mochila hacia aquel impúdico rincón del cuarto y me recuesto sobre la extensa cama después de otra larga jornada de labores sin sentido.Vocifero en mi interior, entre murmullos y pensamientos la desdicha de los días que transitan el camino de lo monótono, días que se han convertido en rutina, tan ordinarios y pobres. Exclamo ensilencio un grito de desesperación por la misericordia de un sólo momento que me haga comprender la razón de mi existencia, mas no hay respuesta alguna, como siempre.

Es así como me dejo absorber porun sueño en el que intento viajar hacia aquel lugar, donde lo abstracto e impreciso tiene su origen, fluyendo hasta sumergirme en lo profundo mi extraña mente.

Fue entonces que la vi y un instintolascivo casi inhumano se apoderó de mí, un deseo indescriptible me irrumpía; su hermosura, su caminar, su imponente presencia, todo. Se acercó moviendo de un lado al otro sus caderas perfectas hastaposicionarse a mi lado. Me encontraba inmóvil, mi resistencia era inútil, no podía emanar palabra alguna, sólo escuchar el susurro de su copla hipnótica de sirena, como encantado me dispuse a suvoluntad; me otorgó el abrazo de los entristecidos y me perdí por algunos segundos, los cuales me parecían horas de calma y serenidad.

Mencionó su nombre, mas hizo énfasis en que jamás lo señalara y,sin más, me ofreció sus encantos diciendo:

- Yo, soy el día y soy la noche, la verdad y la mentira, soy el bien, como también soy el mal. Ven, toma mi mano y bebe mi sangre, que a partir de hoy tudestino tendrá un propósito real, más puro y trascendente. Niega a tu dios y sírveme sólo a mí, yo soy pues, la respuesta que tanto buscabas. Haz lo que te digo, ahora ésta es tu ley.

Aunque mi...