Una Nueva Cartografia De Sentidos Por Guillermina Tiramonti
¿Cuál es el sentido de la educación en la Argentina actual? Mientras cada institución educativa define sus propios objetivos en función de las aspiraciones familiares y las condiciones socioeconómicas del entorno, el Estado piensa la educación pública en términos de contención de los sectores marginales. ¿Cómo entender esta diversidad desentidos asociada a la escuela?
por GUILLERMINA TIRAMONTI especialista en política educativa y directora de Flacso
Los cambios de época suelen ir acompañados por un cuestionamiento y rediseño de la red de instituciones que la articulan y sostienen. Por eso, las crisis desatan un proceso de revisión de las funciones, la importancia y la identidad de las diferentes instituciones que hasta esemomento gozaban de un estatus aceptado por el conjunto de la sociedad. En la actualidad, la educación escolarizada institución central para la instauración y reproducción de la modernidad está siendo objeto de heterogéneas demandas y exigencias que abren un interrogante sobre el “sentido de la escuela” en los tiempos de la globalización. La pregunta sobre “el para qué” de la escuela, formulada engeneral para el conjunto de las instituciones educativas, presupone la unidad del sistema y de los sentidos que a él se asocian, lo cual se contradice tanto con los resultados de la investigación como con los de cualquier observación atenta de la realidad educativa. El mito de un sentido único Es verdad que hay una historiografía educativa y política que ha propiciado la identificación de un sentidoúnico para la escuela en momentos clave del acontecer nacional. Por ejemplo, la formación ciudadana pareciera haber sido el sentido dominante de la propuesta educativa nacional de fines del siglo XIX y principios del XX, y la formación de recursos humanos para el desarrollo industrial el que se impuso en los años sesenta. En ambos casos se trata de la identificación de un sentido hegemónico que,si bien se asocia a los sentidos particulares que los diferentes actores y agentes construyen alrededor de su propia escolarización, neutraliza o elimina sentidos antagónicos, alternativos y no funcionales, difíciles de compatibilizar, etc. En verdad no ha habido nunca un sentido único y homogéneo para la escuela, pero sí coyunturas precisas en las cuales el Estado logró imponer y extender alconjunto de la población a través de un complejo proceso de negociaciones, disputas y eliminaciones una representación del “deber ser de la escuela”. Hay entonces un mito del sentido único de la educación, que sólo pudo construirse mediante la acción de un Estado capaz de articular simbólicamente las aspiraciones y demandas de los diferentes estratos, clases, subclases o sectores sociales, aun deaquellos que estando excluidos del sistema abrigaban la expectativa de una futura inclusión (para sí mismos o para la generación
posterior). Qué duda cabe de que en la primera mitad del siglo XX los sectores populares consideraban la obtención de credenciales educativas como la condición para el progreso personal. Si para estos grupos el sentido de la escuela estaba asociado a su expectativade ascenso, para el Estado se articulaba con la necesidad de ampliar su base social mediante la socialización escolar de las nuevas generaciones. Del mismo modo, la promesa del desarrollo que el Estado hizo suya en los años sesenta logró cubrir buena parte de las expectativas de una mejor educación de las clases medias y especialmente de las mujeres de este sector social, que encontraron en laformación universitaria un recurso valioso para materializar sus deseos emancipatorios. Se puede sostener, entonces, que junto con el sentido único y dominante conviven múltiples sentidos particulares que encuentran en él su posibilidad de realización. Fue la pretensión universalista del Estado la que hizo posible que lo particular encontrara expresión en la propuesta de la educación pública de la...
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