Una obsesión sin solucion

Una obsesión sin solución
Josefina Beltrán tenía 22 años y estudiaba periodismo en la Universidad de Buenos Aires. En los primeros dos años de su carrera había sido una alumna y chicaejemplar. Sus notas nunca bajaban de ocho y, en su casa, siempre colaboraba. Un día, aburrida en su casa, decidió mirar la televisión y encontró una serie policial que le llamó su atención. Luego, suobsesión con las series policiales y de suspenso aumentó y no solo veía una, sino todas las que encontraba. Se sabía la trama, nombres de personajes y hasta realizaba sus propias deducciones sobre comoterminaría la historia. Se había convertido en su nueva rutina.
Poco después de comenzar con esta rutina, sus notas bajaron y sus amistades fueron desapareciendo. Nadie entendía lo que le pasaba, nisu familia, ni ella. Se hacía llamar María, como el personaje principal de una de las tantas series que disfrutaba por la tarde. Su hermana menor, Celeste, fue la primera en darse cuenta de estoscambios. Pero al principio nadie le creía, hasta que las extrañas actitudes de Josefina se hicieron notar más y más.
Cuando caminaba por las calles siempre desconfiaba de la persona que ibadetrás. Incluso le había agarrado un ataque de pánico cuando una persona dentro del colectivo donde ella viajaba hablaba por teléfono sobre un “plan a futuro”. Obsesionada con los secuestros y asesinatosde sus series, había creído que este planeaba secuestrarla a ella. Pero esto no era lo único. Como estudiaba periodismo, siempre trataba con temas asociados a su obsesión, y esto empeoraba todo.Cuando leía la noticia de algún crimen trataba de resolverlo. Buscaba sospechosos, iba al lugar donde se había cometido, pero igualmente siempre acababa en el mismo lugar, encerrada en su casa por miedo aque el criminal la buscara por haberse entrometido.
Su habitación estaba cubierta por noticias sobre homicidios, nombres de las víctimas y los sospechosos, fechas y mapas señalizados con...