Una reflexión sobre la identidad docente

Una reflexión sobre la identidad docente

Un halo de misterio, de romanticismo, rodeaba a la profesión docente no hace tantos años atrás. “¡Es el maestro!” “¡Es el señor profesor!”, y en elimaginario colectivo las maestras, los profesores, aquellos que se dedicaban a formar a las nuevas generaciones, formaban parte del santo Oficio, como los apóstoles o los sacerdotes… Los tiempos cambian, ymirada cambia a la par; transitando el nuevo siglo, se hace necesario detenerse a reflexionar en cuál es el significado de ser docente para nuestros tiempos.
La tarea docente se puede analizardesde varios puntos de vista. Es un oficio, una profesión que se relaciona con un saber hacer; el docente tiene una formación académica y conoce un conjunto de técnicas que le permitirán llevar adelantesu tarea, por la cual recibe un salario que debería permitir su sustento y el de sus hijos. Es decir, es un trabajador de la educación que, siguiendo a Marx, vende su fuerza de trabajo. Pero acabaraquí con la definición de la tarea docente nos daría apenas una mirada parcial acerca de ella. El trabajo docente contiene un componente vocacional que impulsa a quien se desempeña en la profesión aenfrentar desafíos que van más allá de la paga o de otras consideraciones. Más allá del título logrado y de las expectativas que se depositan en el docente, está el modo personal en que la personaasume ese rol a la hora de desempeñar su tarea. Esta vocación es la que permite seguir en la tarea docente a pesar de las dificultades y de los obstáculos que puedan presentarse. Hay un componentesubjetivo en el trabajo docente que va más allá de un título ganado. Es esa relación con las personas que se tiene delante y a la cual el maestro o el profesor, ayudará a descubrir y construir losconocimientos. A diferencia del oficio, en el que aplicando ciertas técnicas se logrará un producto, en la enseñanza los logros del docente son los logros de los estudiantes, y conllevan la gratificación...