Una reflexión

 “ UNA REFLEXIÓN”
Alumno: Joaquín López Rovira

Es curioso contemplar como los hábitos de vida de los humanos han ido cambiando a lo largo del tiempo, a la par que los medios audiovisuales han ido proliferando y modernizándose.
Cuenta mi abuela que, a mediados de los años 50, mi abuelo y ella estaban abonados al cine Fantasio de Gandía;todos los domingos iban. Dice que era un gran acontecimiento y una diversión que rompía con la rutina de la dura vida laboral en esos años de posguerra y dictadura. Recuerda, con nostalgia y agrado, como esperaba a mi abuelo en la fuente de la plaza del Prado para asistir a la proyección. Narra como muchas veces, acababan peleados porque ella odiaba a Cantinflas mientras que mi abuelo se partía derisa. Explica que ella muchas veces se iba a ver La violetera o El último cuplé y salía del cine llorando de la emoción, ese día era una fiesta, creía ser Sarita Montiel y le cantaba las canciones a mi abuelo. Mientras él, recuerda como decía Cantinflas “chamaco, chamaquito”, algo que para mi abuela era el horror.
Pero esas entrañables veladas cinematográficas estuvieron condicionadas por undeleznable elemento, la censura. Detalla mi abuela como por toda Gandía, y principalmente en la puerta de la iglesia de los Jesuitas, había un cartel que decía: “Quién quiera perder su alma que vaya a ver Gilda”. Cuenta que estaba terminantemente prohibido ver filmes como Un tranvía llamado deseo o Viridiana, ya que si alguien te veía salir del cine dónde se emitía alguna película permitida perocensurada por la Iglesia al domingo siguiente te expulsaban de misa y te excomulgaban. Dice que algunos vecinos hasta dejaban de hablar con esa persona. Pero eso no estropeó la diversión de mis abuelos de gozar con las historias del oeste, Cantinflas, Grace Kelly, Katherine Hepburn y Jean Simmons, entre otros. Aunque eso acabó con la llegada de la televisión.
Cuenta mi abuela que todo el mundo iba apasar la tarde a la horchatería Gandía donde tenían una televisión que todos querían ver. Explica como mucha gente, que no podía permitirse consumir una horchata o un café, se abalanzaba sobre los cristales de la cafetería para poder verla. Rememora, entre risas, como mi abuelo compró una tele Elbe de tercera o cuarta mano a unos gitanos por mil duros. A partir de ese momento las costumbrescambiaron, ya no se salía a pasear ni al cine, y también se redujeron las conversaciones en favor de la hipnosis provocada por la caja tonta. Un hecho que llega hasta hoy en día, donde mi abuelo espera con impaciencia los partidos de fútbol y el cine del oeste de Canal 9 y mi abuela sus programas de cotilleo. Dice mi abuelo que hoy en día se pelean por decidir qué programa van a ver, al igual quediscutían en su juventud por elegir la película que tocaba ese domingo: Cantinflas o Sara Montiel.
Otro medio que convulsionó a la sociedad fue la radio. Menciona mi abuela que su padre fue la primera persona en Gandía que compró una radio. Cuenta como todos los vecinos iban a su casa para escucharla. “Venía Elvirta, Antonia la panadera... Toda la gente venía a escuchar las coplas de Concha Piquerradiadas en Cantares y a oír RNE. Todos llegaban expectantes diciendo: “a ver, a ver qué ha pasado hoy”.
Hoy en día es prácticamente imposible concebir la vida sin el uso de las nuevas tecnologías. Parece que el mundo se acabe cuando el móvil se queda sin batería, el ordenador se bloquea o se funde el fusible de la televisión. Pero no siempre ha sido así, y la verdad, me ha sorprendido conocer como losmedios audiovisuales han ido modificando los hábitos de vida de mis abuelos y de la sociedad en general. Por ello voy a indagar y analizar, a continuación, diversas formas artísticas y medios de comunicación de masas, en concreto: el cartel, la fotografía, el cine, la TV, la publicidad y el vídeo; y cómo han ido evolucionando e influenciando a la sociedad.


EL CARTEL

Blaise Pascal...