UNA SOCIEDAD DE MIJIOSTE
-No, no. Ni pronuncies ese nombre hija mía, ¿No sabes que se han cambiado su apellido?-
-Y eso ¿Por qué?-
-Pues dicen quecambiaron al que tenia la señora Megumi cuando era soltera, todo por el solo motivo de no les vean parentesco con el pobre Yuto.-
-¡Que crueles!- dijo exaltada.- Entonces ¿Tendremos que llamarles Kawamura de hoy en adelante?-
-Eso parece.-
-¿De qué tanto hablan? Es mejor que se pongan a trabajar, si los amos nos ven sin hacer nada nos reñirán.- Intervino un chico joven, un poco mas mayorde veinte años de edad.
-¡Vamos Keiichi! Si tan solo nos faltan algunos platos y cazuelas, déjanos descansar un rato por lo menos.- Decía la chica.
-¡¿Unos cuantos Sakaya?! ¡Hemos acumulado todo desde que empezó esta fiesta que lleva cuatro días festejándose sin descanso! ¿Y aun dices que son unos cuantos?- dijo Keiichi con su cara roja por el coraje.
-Ya entendí, pero danos un respiro,si descansamos antes seguro y tenemos energía para acabar más pronto.- Sonrió Sakaya.
-¡Claro! Tomen un descanso... ¡Mientras nuestro Yuto se rompe la espalda haciendo su trabajo solo porque están cansados!- los regaño mientras daba media vuelta y regresaba a la cocina.
-Creo que nos hemos pasado, será mejor que terminemos cuanto antes- dijo el hombre mayor jalando del brazo a Sakaya para queentrasen juntos a la cocina. Al entrar al cuarto vieron como casi toda la loza estaba limpia y el joven que las limpiaba estaba bañado en sudor y con una cara de fatiga, pero aun así conservaba la sonrisa en sus labios.
-Yuto... Si quieres puedes descansar, ya termino yo.- Keiichi intentaba quitarle la olla que tenía en sus manos el menor.
-No te preocupes Keiichi, tu ya has trabajadomucho, terminare enseguida- sonrió amablemente. La discusión por lavar la olla siguió unos minutos más, hasta que por la puerta apareció el tan poderoso señor Atatsu Kawamura.
-Sí. Dicen que son un completo desastre y no tienen la mínima educación o delicadeza cuando comen, o siquiera hablando.- Suspiro.- No como nuestro Yuto, el es todo lo contrario, si solo lo colocaran como heredero no harían pasarestas vergüenzas a los amos Nakajima.-
-No, no. Ni pronuncies ese nombre hija mía, ¿No sabes que se han cambiado su apellido?-
-Y eso ¿Por qué?-
-Pues dicen que cambiaron al que tenia la señora Megumi cuando era soltera, todo por el solo motivo de no les vean parentesco con el pobre Yuto.-
-¡Que crueles!- dijo exaltada.- Entonces ¿Tendremos que llamarles Kawamura de hoy en adelante?--Eso parece.-
-¿De qué tanto hablan? Es mejor que se pongan a trabajar, si los amos nos ven sin hacer nada nos reñirán.- Intervino un chico joven, un poco mas mayor de veinte años de edad.
-¡Vamos Keiichi! Si tan solo nos faltan algunos platos y cazuelas, déjanos descansar un rato por lo menos.- Decía la chica.
-¡¿Unos cuantos Sakaya?! ¡Hemos acumulado todo desde que empezó esta fiestaque lleva cuatro días festejándose sin descanso! ¿Y aun dices que son unos cuantos?- dijo Keiichi con su cara roja por el coraje.
-Ya entendí, pero danos un respiro, si descansamos antes seguro y tenemos energía para acabar más pronto.- Sonrió Sakaya.
-¡Claro! Tomen un descanso... ¡Mientras nuestro Yuto se rompe la espalda haciendo su trabajo solo porque están cansados!- los regaño mientrasdaba media vuelta y regresaba a la cocina.
-Creo que nos hemos pasado, será mejor que terminemos cuanto antes- dijo el hombre mayor jalando del brazo a Sakaya para que entrasen juntos a la cocina. Al entrar al cuarto vieron como casi toda la loza estaba limpia y el joven que las limpiaba estaba bañado en sudor y con una cara de fatiga, pero aun así conservaba la sonrisa en sus labios....
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