Los aborígenes australianos creían que las virtudes de quienes morían podían transferirse a los supervivientes si éstos se frotaban con su grasa interna. Deforma similar, los árabes de África Oriental se ungían con grasa de león para adquirir coraje e inspirar miedo a los animales. Estos ritos están a menudo relacionadoscon comerse a la víctima cuyas virtudes se anhelan. La grasa humana es un poderoso hechizo en todo el mundo. Por ejemplo, como R. Smith señala,[cita requerida]después de la sangre la grasa era especialmente el vehículo y sede y de la vida. Es por esto que la grasa de una víctima se untaba sobre un piedra sagrada, no sóloen actos de homenaje prestados a ella, sino en la consagración real del mismo. En tales casos la influencia de la deidad, comunicada a la víctima, pasaba con elungüento a la piedra. Según ciertas creencias, la divinidad podía, mediante al unción, ser transferida también a los hombres, y desde la más remota antigüedad,entre los judíos y otras razas los reyes era ungidos o engrasados, sin duda con la grasa de las víctimas que, como la sangre, era demasiado sagrada para ser comidapor los devotos comunes.
La mantequilla hecha a partir de leche de vaca, el más sagrado de los animales, se usa para las unciones en la religión hindú. Las casasrecién construidas se engrasan con ella, y también se emplea para untar cuidadosamente de arriba a abajo, de la cabeza a los pies, a quienes creen estarsufriendo una posesión demoníaca. Las unciones también son parte de cierto ritual de entronización de las monarquías hindúes, en las que también puede usarse sangre.
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