Unidad 9 El Impulso Pensante Y Sus Obst Culos 2 Parte

Unidad 9 (Segunda Parte) EL IMPULSO PENSANTE Y SUS OBSTACULOS.- (Resumen y adaptación en base al texto Historias de los Pensamientos Criminológicos, de Gabriel Ignacio Anitua, Ed. Del Puerto, Bs. As. 2005)

Pensamientos criminológicos de finales del siglo XX: las justificaciones de la represión penal y la criminología actuarial.

El ocaso del ideal resocializador. La caída del Estado delbienestar. El neoliberalismo y los gobiernos conservadores como responsables de la actual inflación punitiva.

A fines del s. XX surgieron distintos factores políticos y económicos que produjeron el abandono de las prácticas penales que se implementaron tras la segunda guerra mundial. Entre ellos también fueron importantes los pensamientos y la concreta producción criminológica, de índole ideológicaradicalmente opuesta a los expuestos con anterioridad. Pero antes que ellos serían de destacar los factores económicos y sociales que produjeron una crisis en los Estados de bienestar, y los de tipo político e ideológico que impusieron nuevas formas estatales e internacionales en el último cuarto de siglo XX.
El desarrollo que aquí se presenta irá con cierto orden desde las desencantadas versionesde la criminología del bienestar hacia los distintos pensamientos que emergieron tras ella, pasando por las políticas económicas y criminales implementadas entonces.
Lo cierto es que tras varias décadas de investigación criminológica e inversión social en prisiones y también sobre barrios carenciados algunos criminólogos empezarían a realizar balances desalentadores.
Se analizaban los proyectosde rehabilitación y ninguno de esos experimentos había tenido éxito para evitar la reincidencia pensando, consecuentemente, que “nada funciona” para lograr el objetivo de erradicar el delito de la sociedad.
El éxito de la penalidad del Estado de bienestar no se traducía en la evitación de la reincidencia, o en la resocialización de los penados, o en una reducción del número de delitos, sino en laaceptación social de una forma distinta a la política de tratar a determinados conflictos, técnicamente y en forma oculta a la discusión pública. Sin embargo, el creer en finalidades ulteriores podía ser fácilmente contrastado con su fracaso permanente.
Frente a esa sensación de desencanto, y por el apoyo que se encontró en parte de la población tras las reivindicaciones carcelarias y las delmovimiento social de izquierda, muchos criminólogos pasaron en los años setenta a asumir la caída de la época del tratamiento y su reemplazo por una línea penal de “mano dura”
Así, el derecho penal parecía ser más útil en este esquema que el ideal de cuño positivista o sociológico, consustanciado con el Estado de bienestar. Resultaría más conveniente volver a un tratamiento clásico del delito, yabandonar de una vez las políticas inspiradas por el paradigma etiológico tanto en su vertiente positivista, que primaba en las prisiones, como en su vertiente sociológica, que era de uso en las políticas sociales.
Se lanzarían a una nueva campaña de represión, que adoptaría el inapelable título de “guerra a las drogas” y de esta forma crearía un problema que evitaba reflexionar sobre la complejidadsocial.
Esta forma de encontrar nuevos peligros, y con ellos nuevas necesidades de soluciones, representadas por burocracias especializadas fue, además de la justificación de nuevas intromisiones, la forma de seleccionar a determinados sujetos -negros, pobres, jóvenes- sin necesidad de que cometieran conductas tradicionalmente calificadas como delitos. Esta selección no sería casual, yrespondería no sólo a la exclusión practicada por las nuevas modalidades económicas, sino también a las viejas y acendradas prácticas racistas de la sociedad estadounidense.
La ilegalidad declarada a una forma de ser crearían una diferencia muy definida entre los incluidos y los “otros”: a los que a su vez se dividiría entre los malos malísimos -traficantes, etc.- y los meramente peligrosos - los...