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A los 16 años, cuando tomó la decisión de ingresar a al escuela militar en Bogotá, Colombia, Luis Gabriel Ortiz Rozo comprendió que no había marcha atrás y que a partir de ese momento, el ejércitocolombiano se convertiría en su vida, su trabajo y su todo. Renunció a estudiar ingeniería de sistemas porque desde niño le pudo más la fascinación por la milicia que terminar trabajando 8 horas en unaoficina.

Como cada militar, Luis Gabriel recibió un entrenamiento que es más moral que académico. Además de los conocimientos estratégicos que requiere todo soldado que eventualmente enfrentarála guerra, la mente de un militar debe ser lo suficientemente sólida como para no caer en moralismos. Y como no, pues no se trata de una profesión corriente; se trata de levantarse día a día y pensar acuantos guerrilleros se tendrán que dar de baja. Los preparan para sobrevivir y no dejar vivir. Así de simple.

Luego de pasar por los grados de teniente y sub teniente, el en ese entoncescapitán, estaba al sub mando de un batallón de ataque que debí a contener al bloque sur de las FARC, el más temido de todos, en San José del Guaviare. Luis Gabriel estaba preparado y contaba con hombres quetambién lo estaban. Pero una tarde diciembre de 1996 sucedería lo que él, ahora retirado, consideraría como uno de los golpes más certeros que el ejercito ha recibido en toda su historia.

Pero asícomo los entrenan para matar, también los entrenan para que en algún momento deban sacrificar sus vidas. Los 60 soldados que murieron ese día, cuenta el coronel, así como todos y cada uno de losmiembros que conforman el ejército nacional, saben que no están luchando por su patria, sino por sobrevivir y lograr ver a sus familias una vez más. Si mueren, es su trabajo. En el juego de policías yladrones, a veces ganan los buenos y otras los malos.

Después de ese suceso, el capitán Ortiz jamás vivió una batalla tan sangrienta como la de ese día. Años después, pasó por los grados de teniente...