Universitario

Lunes 18 de Octubre. Es un día caluroso y después de nuestro almuerzo en Campus Oriente, comenzamos el recorrido que teníamos previsto. Nos bajamos en Cal y Canto y caminamos hacia el oriente hasta toparnos casi por sorpresa – pues ninguno estaba seguro de ir por el camino correcto –con una imponente construcción, de grandes dimensiones, cerrada al espacio público de la calle y que mezcla el tonoamarillo de las grandes paredes de concreto con el fierro que da la estructura al; en la parte superior, nos impresionan tres grandes banderas chilenas que flamean gracias al viento que corre y bajo ellas, en letras grandes y blancas, la certificación del nombre que buscábamos: “MERCADO CENTRAL”.

Antes de ingresar somos recibidos por dos hombres de impecable camisa blanca y pantalón negro, quesuponemos de inmediato son los garzones, sobre el cual un mandil también blanco anunciaba en un costado el nombre de un restaurant: “El galeón”. Estos al vernos, caminan de inmediato hacia nuestra dirección y nos hablan, Ambos se nos acercan a invitarnos a almorzar, junto con preguntarnos lo que se convertiría en la constante pregunta de nuestro viaje: “¿De qué país son?”

Entramos y caminamospor uno de los cuatro pasillos que funciona como entrada al espacio central del Mercado, en el cual dos elementos enseguida llamaron nuestra atención: a nuestra derecha, una vitrina de vidrio limpio y trasparente que exhibía tres platos cada uno con centollas, de color rojo intenso, amarradas con un fino hilo y colocadas uno sobre la otra en perfecto orden. Y luego a la izquierda, en un espaciodentro del muro, un pequeño sitio rectangular protegido con vidrio y enmarcado con madera pintada color verde, que guardaba en su interior una pequeña figura de yeso pintado de la Virgen María; ¿cuál será el valor de ambos que permite ubicarlos así, uno junto a otro, a la entrada del Mercado, como una suerte de presentación de sí mismo?

La galería central ya nos impresiona desde la entrada: lasobreabundancia de colores, de luces, de acciones y de sonidos, todos ocurriendo al unísono sin una conexión aparente, aunque ninguno de los elementos parece sobrar; ¿será que éstos se lograban conjugar en un cierto equilibrio, en una armonía a partir justamente y no a pesar de la sobrecarga de elementos y de sentido? Esta sobre abundancia de estímulos dificulta de inmediato nuestra tarea deconcentrar la atención, así que comenzamos a caminar sin poder quedarnos apegados a nuestras concepciones preconcebidas, sólo dejándonos llevar por el recorrido con el que el propio lugar nos invitaba a conocerlo: desde los puestos de venta de una inmensa variedad de productos hasta las mesas de los restaurants.

En el primer local, nos asaltan muchos e irrecordables olores de hierbas de todo tipo:té, menta, orégano, matico, etc. Junto con otro tipo de artículos que parecían pensados para turistas: postales de todos los tamaños de San Pedro de Atacama, El Portal de Antofagasta, La Moneda, la Cordillera de Los Andes, en todos los colores y formatos posibles. El vendedor nos pregunta “¿de que país son?”, le parecemos extranjeros por nuestros rasgos y vestimenta y por el hecho de andar con unacámara de fotos en las manos, le volvemos a decir que chilenos y tampoco deja de sorprenderse, esto no impide que nos siga conversando, preguntándonos como estamos, y que estábamos haciendo precisamente en el mercado, nos ofrece de inmediato su ayuda al preguntarnos si estamos haciendo un trabajo para la universidad, nosotros lo miramos y le damos las gracias.

Continuamos nuestro camino y a laizquierda encontramos algo que llama particularmente nuestra atención: un espacio enrejado, dentro del cual se encuentran muchas sillas y mesas amontonadas, cajas, sacos que parecían contener cebollas que caían al piso, algunos contenedores vacíos y otros con limones, y lo que parece ser una hélice, quizás de un viejo ventilador. Este espacio, aunque enrejado, está a la vista de todos, y por ello...