Universitario
Después de la Guerra Fría, los Estados Unidos, la única superpotencia, no puede jugar al equilibrio mundial porque no tiene rival militar, pero tampoco tiene suficiente capacidad militar y económica para poner unilateralmente orden por todo el mundo y controlar la economía global. En consecuencia, en el siglo XXI, el poder mundial no será más el resultado de un juego deequilibrio geopolítico entre Grandes Potencias. El poder no estará determinado por la cantidad de divisiones, aviones, flotas y ojivas nucleares, sino por la capacidad de innovar tecnológicamente para competir y hacer negocios a escala planetaria. El nuevo juego por el poder mundial no se llamará más geopolítica sino geoeconomía, y sus principales actores no serán la antigua aristocracia mundial delas Grandes Potencias, sino una nueva aristocracia, las empresas transnacionales que comienzan a dominar el mundo perforando todas las economías nacionales con sus mercaderías, servicios, capitales, tecnología, telecomunicaciones, tarjetas de crédito y patrones de consumo.
Hoy, 38mil empresas transnacionales y sus subsidiarias efectúan los dos tercios del comercio mundial. El poder mundial, queperteneció exclusivamente a las vieja aristocracia de las Grandes Potencias industrializadas, comienza ahora a pertenecer a esta nueva aristocracia internacional no estatal, que en los últimos veinte años ha proliferado de 7mil empresas a cerca de 38mil con 250 mil subsidiarias, difundiendo patrones de consumo y un estilo de vida similar en todo el planeta.
El comercio internacional es hoy casiun subproducto de las inversiones, alianzas y acuerdos entre empresas transnacionales. Estas nuevas relaciones económicas no tienen ninguna relación con las famosas ventajas comparativas de los países a que aluden los textos neoclásicos de economía.
Estas gigantes corporaciones, que eran vistas con temor como la personificación del imperialismo, son vistas hoy como la personificación de laprosperidad y la modernidad. Difícilmente una economía nacional podrá tener algún sector de exportación globalmente competitivo si no es socia de alguna de ellas.
A los países subdesarrollados, faltos de capitalismo nacional, con grandes tasas de desempleo, con alto crecimiento de la población, exportadores de materias primas con precios poco remunerativos, no les queda otra alternativa que buscarinversión transnacional productiva para poder combatir en algo el desempleo, incrementar en nivel tecnológico de su producción y hacer emerger nuevas exportaciones don ventajas competitivas.
Las empresas transnacionales son muy cautelosas y selectivas en sus inversiones, les interesan sólo los factores nacionales que sirvan para lograr los más altos beneficios, sin correr grandes riesgos. Las máspoderosas transnacionales han logrado así que la diplomacia de las Grandes Potencias industrializadas secuestre las grandes agendas económicas internacionales en favor de sus intereses globales.
Nada consagra más el poder mundial de la nueva aristocracia transnacional y muestra con más claridad el vicariato de las Grandes Potencias industrializadas en su favor, que el proyecto de Acuerdo Multilateralde inversiones (AMI) discutido en la OCDE y que no fue aprobada debido a Francia y a la presión de la sociedad civil.
La diplomacia económica vicaria de la vieja aristocracia de las Grandes Potencias industrializadas en favor de la nueva aristocracia transnacional no se limita tan sólo a la apertura de los mercados de la India y China, sino que también trata de lograr algunos otros millones másde clientes en países de América Latina, Asia y África.
A pesar de esta relación vicaria entre las Grandes Potencias industrializadas y las más poderosas empresas transnacionales, estas últimas no se sienten identificadas con los intereses nacionales de las primeras. Coca Cola, Nestlé, Nike o Nissan, no se identifican necesariamente con los intereses nacionales norteamericanos, suizos o...
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