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RESEÑA

Una invitación a la memoria
U

Daniel Duque

Mientras maduran las naranjas
Cecilia Domínguez Luis.
Cam-PDS Editores. Las Palmas de Gran Canaria, 2009.

M

ientras maduran las naranjas, de Cecilia Domínguez Luis es una novela
que, como todas las buenas, tiene más de un tema. Por un lado está, no
la Guerra Civil Española, sino la nueva situación y las consecuencias quegeneró el Golpe de Estado del 18 de julio de 1936 vistas desde la perspectiva de una
niña, una niña tinerfeña que se mueve fundamentalmente por el norte de la Isla, entre
La Orotava, Garachico, Los Silos y Santa Cruz. Una niña que acaba de perder a su
padre enfermo y se ve envuelta con su familia en el torbellino golpista y el posterior
conflicto, una situación que no entiende y que ella vaasimilando por las reacciones
sentimentales de su madre, una mujer íntegra, sufrida y dura a quien los golpistas de
Franco han encarcelado a tres (y en un momento a cuatro) hermanos por el mero hecho de ser republicanos.
Pero además de este tema colectivo que afecta a la totalidad de los personajes de
la novela, Mientras maduran las naranjas tiene otro, más íntimo y psicológico pero
igualmentenovelesco, el transcurrir del tiempo –tiempo de violencia, de sospechas,
de denuncias, de desapariciones de seres queridos–, el paso de las estaciones por el
cuerpo y la mente de una adolescente de 13 años que acaba convertida en una joven
de diecisiete, con novio y esperanzas, una sorpresa de la vida que la novela también
cuenta, cómo en medio de aquel desastre de muerte, de brutalidad, derencores, en
122 Cuadernos del Ateneo

Reseña

aquel tiempo fratricida, surge el amor entre dos jóvenes, de manera que al final de la
obra nos encontramos con unos personajes ilusionadamente impulsados hacia la felicidad, y aunque este hecho no le resta ni un ápice de dramatismo a Mientras maduran
las naranjas, al menos rocía el texto con algunas gotas de esperanza.
En El telón. Ensayo en sietepartes, decía Milan Kundera1: “El hombre queda separado del pasado (incluso del pasado de hace unos segundos) por dos fuerzas que se
ponen inmediatamente en funcionamiento y cooperan: la fuerza del olvido (que borra)
y la fuerza de la memoria (que transforma)”. Esos dos peligros, el de olvidar y el de
transformar, caprichosamente o no, el pasado, los sortea con gran habilidad Cecilia
Domínguezen Mientras maduran las naranjas, una novela que reparte su contenido
entre la historia (a través de personajes reconocibles con sus nombres y apellidos en
el concreto pasado que va de 1936 a 1939) y la ficción, de manera que si no llega a
ser una novela histórica, sí que cuenta parte de la historia y, sobre todo, es una novela
que conviene leer para no ignorar ni olvidar lo que ocurrió enesta isla de Tenerife en
aquellas trágicas fechas.
Comenzaremos por comentar dos elementos que, a la vez, están dentro y fuera del
relato, el título y la dedicatoria.
El título, Mientras maduran las naranjas, está tomado de un verso del poema “El
reloj de mi cuerpo”, del libro Entre la guerra y tú, de Pedro García Cabrera. Según su
autor, (en Obra selecta. Verbum, Madrid, 2005, al cuidado delos profesores Nilo Palenzuela y Rafael Fernández), este poema, junto a “La cita abierta” y “Con la mano en
la sangre”, fue escrito antes de la guerra y publicado en el último número de la revista
Gaceta de arte, con fecha 30 de junio de 1936.
El poema “Con la mano en la sangre”, continúa diciendo García Cabrera, experimentó el zarpazo de la censura cuando, en 1952, fue incluido por Domingo PérezMinik
en su Antología de la poesía canaria. Al verso “Fabricarán cañones que habrán de bendecir
los obispos” se le amputó el trozo en cursiva: que habrán de bendecir los obispos.
En cuando a la dedicatoria, diremos –en la línea de la cita de Saul Bellow: “Todo
escritor toma prestado de sí mismo lo que necesita”– que, desde los alrededores de la
novela, impregna de una gran apariencia de...