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EL CORDANO
El Point de las generaciones del ayer

Hace un par de años conocí El Cordano. las pocas décadas que llevo tras de mi, me habían impedido tener un poco de familiaridad con su nombre; desconocía incluso los estrechos jirones y veredas que abundan en el Centro de Lima, los que luego me dirigieron a aquella esquina de antaño, entre dos nostálgicas calles; Pescadería y San Francisco.Ahí lo conocí.
Apenas le das un empujoncito a las puertas, y hay madera y Mármol por todos lados. Al fondo, un mostrador de Vibrio, que guarda tras el cristal, la más variada colección de botellas de Vino, de Pisco, de Ron, de cervezas; algunas de no más de 1 año de antigüedad, otras que posiblemente hayan sido testigos de innumerables cenas de presidentes y poetas. Desde el más codiciando vinoMerlot del año 1950, hasta la última versión de cerveza Pilsen.

En aquella oportunidad, sin saber de lo que me perdía, pedí solo un café, y saqué un cuaderno, dispuesta a absorber hasta el más mínimo detalle que me contaran las paredes, las mesas, las sillas, los cuadros; y transcribirlo. Cordano, eras mi tarea académica.

Pude preguntar y entrevistar, pero me había tomado ya bastante tiemposolo observar. Quizás 4 ó 5 mesas ocupadas, incluyendo la mía. Se escuchaba muy bajito, las noticias en la Radio. Me percaté que, de todos los clientes, era la más joven, y se notaba a leguas mi curiosidad, y mi novatez. Era cálido y a la vez no, porque sentía todas las miradas en mi, y claro, yo tuve la culpa porque delaté mi inexperiencia, me había parado un par de veces para recorrer todaslas paredes y observar las fotografías, intentado reconocer a los personajes que ahí se mostraban, además y para variar, había pedido solo un café.
Esa fue la primera vez, que vi a Don Rafael.
Don Rafael, se trasladaba de forma cautelosa a través de las curvas que formaban las mesas de mármol, llegó hasta mi mesa, y me apresuré a darle el encuentro. Sonrió.

Me apresuro a sentarme, no habíapasado mucho tiempo, y ya me sentía comodísima. Tenía la sensación ideal, la que necesitaba para empezar a escribir mi narración, a describir el lugar y contar una historia, con tanta familiaridad, cuando apenas llevaba 20 minutos en el lugar. Para terminar el café, ya tenía mi historia de El Cordano encaminada. Me fui después de pagar.

Uno de los más representativos bares de la antigua Ciudadde los Reyes y hasta hoy, uno de los más tradicionales de la alborotada y desordenada Lima. Cada rincón de El Cordano tiene historias que contar y deliciosos menesteres que ofrecer. Desde anécdotas de intelectuales hasta el aclamado Pan con Jamón del Norte.

En 1905, André y Fortunato Cordano, dos hermanos italianos, antes vendedores de hielo, luego dueños del local, le heredaron el nombre alBar-Restaurante “Cordano”, pero los trabajadores peruanos que luego llevarían más de 50 años trabajando ahí, le heredaron lo criollo, lo limeño, lo nuestro. De Cordano a Cordano, generación tras generación, el tradicional local iba de mano en mano, manos italianas por supuesto , hasta que decidieron vendérselo el año 1978, a los 21 trabajadores peruanos. Actualmente, es considerado MonumentoHistórico del Instituto Nacional de Cultura (INC), gracias a la iniciativa del ex Alcalde Castañeda y algunos socios, su estructura intentó ser reparada de forma parcial.
Por Internet, se ven algunos videos del Cornado, de los platillos más aclamados, reseñas de su antigüedad y tradición. Me animé un par de veces más a ir con mi amigos, ahora sí para probar el aclamado Pan con Jamón del Norte y uno queotro Pisco Sour. Con mayor confianza empecé a preguntar. Efectivamente, la historia del Bar-Restaurante El Cordano, es la que aparece en las primeras páginas de Google, su tradición, su criollismo se ve reflejado en cada rincón del local, pero no cabe duda, los años pasan y no son en vano.
No, El Cordano no ha perdido la magia de antaño, pero quizás sí la popularidad que tenía en los...