URBANIDAD



LOS ARTEFACTOS EN HORA Y MORA
La presencia de un tiempo constructor de significados, encarnados en un material cambiante, que se distingue, se utiliza y se respeta como tal, es un elemento“inseguro” que genera incertidumbre desde la perspectiva del legado cultural para las generaciones futuras.
Tradicionalmente el arte se ha presentado ante nosotros en un contexto determinado por sucondición de cosa única perdurable en el tiempo: colecciones privadas, galerías y museos, casas de subastas, etc., han sido su “hábitat natural” y son de hecho estas instituciones, en su acogida yvaloración de las obras, las que sancionan y determinan en gran medida su condición de obras de arte.
Sin embargo, hay una multiplicidad de prácticas artísticas que ya no mantienen ese tipo de relación conuna institución que trata de detener el tiempo.
Nos encontramos cada vez más a menudo con obras que se agarran a la vida, quieren vivir el tiempo fuera de la protección de los museos y no aceptan ladependencia del objeto; es más, proponen nuevas formas de expresión que evitan aquello que las instituciones ansían poseer . Incluso la idea de arte como algo temporal y atemporal estáinevitablemente y en muchas ocasiones deliberadamente enfrentada a los intereses de la institución artística.
Ese fue el caso del artista Gustav Metzger, quien en 1959 formuló el primero de sus cinco manifiestosconteniendo las bases para un “arte autodestructivo” que este autor entendía como la forma de arte público adecuada para las sociedades industrializadas.
La teoría de Metzger proponía ladestrucción como un fenómeno estético-social.
Entre sus postulados defendía la autodestrucción de la pintura, la escultura y la arquitectura, que podían ser creadas con métodos y técnicas tradicionales ousando la tecnología, maquinarias o fabricación industrial, pero que habrían de tener una duración que podía, según él, oscilar entre unos pocos minutos y veinte años.
Una vez transcurrido ese...