Uriel
El espacio está devastado; el tiempo pasa sin mucho sentido y las acciones se arremolinan con un único propósito: sobrevivir. Sin embargo, los personajes mantienen algo del espíritu idealista y toman sus decisiones finales marcados por una especie de amor solidario, muy diferente a la pasión del segundo relato.
De todo el libro, el personaje más relevante es Cosmo, imagen de la belleza,de lo prohibido pero hermoso, de la seducción. Personaje redondo, seguramente aparecerá en otras narraciones porque su fuerza es irresistible. Por momentos, se transforma en un ángel castigador, luego en un pequeño diablo protector; juega e inquieta a todos. Y Cosmo viaja por las cuatro novelas, igual de travieso y fecundo, con la misma vitalidad de sus ojos dorados. Junto a él, y opuestototalmente a sus características, aparece la pareja conformada por el viejo alemán y su hija, unidos incestuosa y monstruosamente.Prácticamente las notas al margen se convierten en otro relato; con Camilo y el narrador como voces predominantes, y con referencias a otros autores y a otros libros; algunos verdaderos y otros inventados. Una de las tantas emboscadas al lector se da cuando se menciona a RobertoBolaño como historiador de la literatura y a un colombiano, el poeta Ignacio Zubieta. En la realidad, Zubieta es un personaje de uno de los libros de Bolaño, La literatura nazi en América; libro que se compone de biografías ficticias de varios autores que existen únicamente en la imaginación de Bolaño.De ahí que la novela funcione como la unión de muchas voces, que nos remiten a otras, en un granespiral que parece no tener fin. Y como se trata de un juego, el lector está en libertad de leer cada crónica por separado, o de principio a fin, o ignorar las notas al margen.
Las Crónicas del Breve Reino son un gran recorrido por una realidad compleja, con muchas aristas y, por tanto, muchas lecturas. En un primer camino, el viaje de las cuatro crónicas da cuenta del deterioro de un paísimaginario. Un segundo camino es el que toma el Narrador, del que sabemos ciertos detalles gracias a los pies de página. Él da pistas sobre su amigo Camilo, espía y terrorista, descreído del valor de la literatura, su afán era que el narrador construyera una gran novela histórica. Sin embargo, el Narrador va labrando su propio camino y descubre su fascinación por el cómic y ciertos visos de esperanzaen el futuro. “¿Se puede convertir la desolación en una alegría pequeña pero nítida y firme, como la nota de un diapasón? ¿Sabía mi amigo Camilo Deor lo que me estaba regalando al encargarme la escritura de esta historia? ¿Cómo y cuánto me ha cambiado el escribir este relato?” p. 474.Otro punto alto es la descripción de los lugares y las características de los personajes. El Quito de antaño sepresenta ante nuestros ojos, con una gran precisión en el detalle. El autor ha confesado que eso fue producto de ver muchas fotografías de la época y luego, digo yo, tener la habilidad para plasmar en palabras las imágenes vistas. Es que en el libro abundan las descripciones, especialmente de un Quito que se va rompiendo ante nuestros ojos, que se destruye hasta convertirse en mera imagen de unaimagen anterior.Los finales, que son abiertos, confieren a las narraciones un espíritu utópico, de débil esperanza en los que la realidad puede cambiar o tal vez no; pese a ello los personajes creen y luchan por algo: el primero actúa ante la eventualidad de la muerte de sus amigos; el segundo porque su educación le obliga a cumplir órdenes; igualmente el tercero pero con más dureza; y el último porqueno tiene nada que perder; es un mercenario.El final de la cuarta crónica es poético, esa caravana única partiendo hacia lo desconocido y con el halcón de testigo, es hermosa.Hay un aspecto llamativo: el juego del tiempo en el que están narradas las cuatro novelas. Dominan los tiempos verbales de toda narración, el pretérito imperfecto y el pluscuamperfecto; sin embargo, breves segmentos están...
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