Ursua william ospina libro completo
Ursúa
Alfaguara
Buenos Aires – Argentina
Primera edición: noviembre 2006
ISBN: 987-04-0586-X
Imagen de cubierta: Pizarro suelta un perro
Digitalizado por Mr. Pond
A Mario Flórez y Darío Barberena
El marino no puede ver el norte
Pero sabe que la aguja sí
EMILY DICKINSON
Cincuenta años de vida en estas tierras llenaron mi cabeza de historias.
Yo podría contarcada noche del resto de mi vida una historia distinta, y no
habré terminado cuando suene la hora de mi muerte. Muchos saben relatos
fingidos y aventuras soñadas, pero las que yo sé son historias reales. Mi vida es
como el hilo que va enlazando perlas, como el indio que veo animando al metal en
ranas y libélulas, en collares de pájaros, en grillos y murciélagos dorados. Tengo
historias deperlas y de esmeraldas. Sé cómo perdió su ojo Diego de Almagro en
la desembocadura del San Juan y cómo perdió el suyo fray Gaspar de Carvajal
junto a las playas del gran río. Sé cómo escondió Tisquesusa en las cavernas del
sur el tesoro que perseguía en vano el poeta Quesada, y sé cómo los incas
llenaron de piezas de oro una cámara grande de Cajamarca para pagar el
rescate del emperador. Conozcoel misterio de las esferas de piedra enterradas
en las selvas de Castilla de Oro y el origen de las cabezas gigantes que tienen
musgo en las pupilas. Conozco la historia del hombre que fue amamantado por
una cerda en los corrales de Extremadura y que tiempo después se alimentaba
de salamandras en las islas del mar del sur. Sé de los doscientos cuarenta
españoles que remontaron los montesnevados y cruzaron los riscos de hielo
llevando cuatro mil indios con fardos y dos mil llamas cargadas de herramientas,
dos mil perros de presa con carlancas de acero y dos mil cerdos de hocico
argollado, para ir a buscar el País de la Canela, y conozco la historia del primer
barco que bajó de las montañas brumosas de los Andes y navegó ocho meses
entre selvas desconocidas que crecían. Sé quiénesdescubrieron el mar del sur,
quiénes exploraron la montaña de plata, quiénes descubrieron la selva de las
mujeres guerreras. Conozco las penas de los que construyeron el primer
bergantín en los ríos encajonados de la cordillera, de los que convirtieron
centenares de viejas herraduras en millares de clavos. Conozco historias de
herraduras de oro con clavos de plata. Sé el relato del hombreque después de
tragarse un sapo enloqueció para siempre, y el del capitán que repartió entre
sus soldados como alimento un caimán descompuesto. Conozco la guerra en la
que se enfrentaron dos viejos amigos, y que terminó con uno de ellos ahorcado
lentamente por el garrote infame y el otro muerto en un palacio por doce
conjurados. Puedo contar la historia de los diez mil hombres desnudos queremontaron diez años el curso de un río para buscar en las montañas el origen
de un barco. Tengo historias para llenar las noches del resto de mi vida y busco
a quién contárselas, pero ésa es mi desgracia. En estas tierras ya nadie sabe oír
las historias que cuento. Todos están demasiado ausentes, o demasiado
hambrientos o demasiado muertos para prestar atención a los relatos, aunque
sean tanhermosos y terribles como los que yo sé. Otros hablan mil lenguas
distintas y no entienden la mía. Y a otros no les gustan las narraciones de
hombres de guerra, ni de barcos perdidos, ni de batallas libradas en los mares
estrechos de Europa, ni de conventos aferrados a las paredes de las serranías.
Pero también conozco otras historias: de animales que caminan por el cielo, de
árboles quepiensan y de magos que se transforman en jaguares. Sé de la
enfermedad de la belleza y sé de la canción para curar la locura, sé del modo
como llegaron los hijos de las águilas y sé del modo como los embera se cubren
el cuerpo de nogal y de achiote para celebrar sus alianzas con el río y el árbol.
Mis historias son tantas que ni el más hondo cántaro podría contenerlas.
Ahora quiero contar sólo...
Regístrate para leer el documento completo.